Jaime era un niño de 15 años que fue brutalmente asesinado a manos de los Dominican Don't Play (DDP), una peligrosa banda latina de Madrid. Cinco meses más tarde del crimen de la calle Atocha, por fin, han conseguido detener a los presuntos autores de los hechos, que son tres miembros de los Trinitarios, todos ellos menores de edad.
Los hechos pasaron la noche del 5 de febrero en la salida de la discoteca Independece, situada en la calle Atocha de la capital española. La víctima se llamaba Jaime Guerrero Messousi y lo mataron a puñaladas y a machetazos. La Policía Nacional abrió el operativo Antibandas, ya que aquella misma noche hubo otro crimen en el barrio de Usera vinculado a estas peligrosas bandas.
Detienen a tres menores por el crimen de la calle Atocha
En un primer momento, vieron que había ocho personas que, presuntamente, habían participado en el crimen de la calle Atocha. Después de cinco meses de investigación, este miércoles, han conseguido detener a tres de ellos, aunque no ha sido trabajo fácil.
Gracias a las declaraciones de los testigos que estaban en el lugar de los hechos, al análisis minucioso de las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona y el estudio de una de las armas que encontraron en la calle Atocha, pudieron identificarlos. A partir de entonces, los estuvieron vigilando hasta que, finalmente, esta semana los han acabado deteniendo como presuntos autores del homicidio.
Registran las casas de los miembros de las bandas juveniles
También han registrado sus domicilios y han encontrado armas blancas y otros elementos identificativos que los vinculan con la peligrosa banda de los Dominican Don't Play (DDP). Después de pasar a disposición de Fiscalía de Menores, dos de ellos han ingresado en un centro de internamiento de menores y otro ha quedado en libertad con cargos.
Jaime era miembro de los Trinitarios y lo mataron como "prueba de acceso"
Jaime era miembro de los Trinitarios, una banda que está enfrentada con los Dominican Don't Play (DDP). Según las primeras investigaciones, el crimen de este menor podría ser una "prueba de acceso" en la banda contraria a fin de que los pandilleros demostraran que "son dignos de entrar en la banda".
A pesar de que el entorno de Jaime lo describían como una persona tranquila y que nunca se pone en problemas con nadie, tenía antecedentes por robos con violencia. De hecho, el día que fue asesinado llevaba un machete escondido debajo de la ropa. La investigación continúa abierta y no se descarta que se hagan nuevas detenciones.