Después de casi seis meses, la muerte de Esther López continúa sin respuestas. Los padres de la joven hace un mes que piden a la jueza que lleva el caso de que se reúna con ellos. La familia, como es obvio, quiere saber qué le pasó a su hija, desaparecido el pasado 12 de enero a la localidad de Traspinedo (Valladolid). No hay manera de aclarar los hechos, y ahora la jueza les ha hecho saber que solo se reunirá con una parte en presencia del resto, hecho que preocupa a los padres de Esther porque, si no encuentran una respuesta, el caso podría quedar archivado.
El principal sospechoso se encuentra en libertad provisional
Los familiares critican que la única información que reciben sobre la investigación proviene de la Guardia Civil y también de los medios de comunicación. De hecho, a la magistrada Soledad Ortega le molesta que así sea y ha pedido explicaciones al máximo responsable de la Unidad Central Operativa (UCO) por las filtraciones de algunos informes, del análisis de las fibras de la ropa que llevaba la víctima y del principal sospechoso, el amigo Óscar Sanz.
El cuerpo de Esther López se encontró tres semanas después en una cuneta. Según la autopsia, la víctima, de 43 años, fue víctima de una muerte violenta, ya que presentaba un fuerte golpe en la cadera y sufrió un accidente. Los forenses aseguran que podría haber sobrevivido si se le hubiera ayudado. El principal sospechoso, el Óscar, ha mantenido su inocencia y, según su versión de los hechos, dejó a Esther en la carretera porque ella quería continuar de fiesta.
De momento, el Juzgado de Instrucción número 6 ha interrogado hasta dos ocasiones al amigo de la víctima y parece que la versión lo hace continuar en libertad provisional, ya que el juzgado asegura que no puede ordenar un ingreso en la prisión de una persona sin tener pruebas suficientes ni un relato sólido sobre los hechos. Sin embargo, Óscar es la última persona que vio con vida a Esther.
Consumo de drogas y alcohol
Según la versión de Lucio Carlos García, más conocido como Carolo, un amigo en común, los tres consumieron cocaína, y Esther lo hacía más a menudo. Este amigo siempre ha señalado la falta de interés que Óscar tiene por saber la verdad. Desde entonces, Carolo asegura que su relación con el Óscar ha cambiado y que le parece muy extraño su actitud, ante este hecho tan grave. Ambos individuos solamente han coincidido en el cuartel de la Guardia Civil y se han mantenido distantes. Sobre la hipótesis de un posible atropello, Carolo señala que, aunque Óscar había bebido, no se encontraba afectado por el consumo de alcohol y que no perdió en ningún momento el control del vehículo.
La brecha existente entre la magistrada, los familiares y la Guardia Civil - que tiene que dar explicaciones- acentúa todavía más la dificultad por saber la verdad sobre los hechos y deja la muerte de Esther López sin respuestas.