Aparece muerto el padre Olivier Maire en la región francesa de la Vendée. Ha sido su propio asesino el que se ha presentado ante la policía para confesar el crimen.
Asesinan a un sacerdote en el oeste de Francia
Este lunes, un hombre se ha presentado en la gendarmería de Mortagne-sur-Sèvre del país, según ha informado la agencia de noticias francesa AFP. Explican que ha llegado a media mañana y ha dicho directamente que había matado a un cura.
Por su parte, el medio France 3 ha detallado que el asesino confeso se trata de un sacristán voluntario de 40 años y nacionalidad ruandesa que ya había sido imputado por provocar un incendio en la catedral de Nantes el 18 de julio de 2020. Fue puesto en libertad bajo supervisión judicial el pasado mes de junio tras varios meses de prisión.
Un protegido de la comunidad confiesa el crimen
El presunto agresor venía de una estancia en un hospital psiquiátrico y fue alojado por la comunidad de hermanos misioneros de Montfort, también conocidos como Compañía de María. Y ahí ha cometido el crimen.
Ha sido la diócesis de Luçon la que ha identificado a la víctima como el padre Olivier Maire, superior de esta comunidad católica asentada al oeste de Francia, en la región de la Vendée.
Investigación abierta
Otros medios franceses aseguran que Maire, de 60 años, había acogido al sospechoso del asesinato, Emmanuel Abayisenga, un hombre de origen ruandés de 40 años, en la comunidad Saint -Lauren-sur-Sèvre tras el incendio del que fue acusado en Nantes.
El país ha quedado conmocionado ante los hechos y muchas figuras públicas y políticas han reaccionado y declarado al respecto.
El propio Gérald Darmanin, ministro de Interior del gobierno francés, ha informado sobre los hechos a través de un tuit, en el que escribía: "Todo mi apoyo a los católicos de nuestro país tras el trágico asesinato de un sacerdote en Vendée. Estoy de camino".
Asesina a su marido y se suicida
Otro asesinato ha tenido como escenario la localidad de Barbate, en Cádiz, este domingo. Sobre las once y media de la noche, la policía recibió un aviso desde el número 20 de la avenida Atlántico. Alguien alertaba de que una mujer se había tirado de la azotea y la Guardia Civil se desplazó hasta el lugar de los hechos.
Allí, un vecino les abrió la puerta de la parte superior del edificio, desde donde pudieron comprobar la caída mortal de la mujer, de 65 años. Y ahí no acabó el caso, porque en el suelo de la terraza había unas llaves y los agentes empezaron a escuchar gritos de auxilio.
Con las llaves encontradas accedieron a uno de los pisos del bloque, donde encontraron a un hombre, marido de la fallecida, de 75 años, gravemente herido.
A pesar de los esfuerzos de los sanitarios de emergencias que fueron hasta el lugar de los hechos, que lo reanimaron y trasladaron de urgencia al hospital Puerta del Mar de Cádiz, y de los médicos, acabó muriendo a las tres y veinte de la madrugada.