Un hombre de 72 años ha sido condenado a 22 años de prisión por la Audiencia Provincial de Asturias acusado de haber asesinado a su yerno. El condenado, Juan Antonio Felipe Román, asestó 25 puñaladas a su víctima con un machete porque ésta no quería que viera a su nieto, menor de edad.

El crimen sucedió el 12 de noviembre del 2019 en la localidad asturiana de Mieres. En aquella época la víctima, Luis Salazar, estaba divorciándose de la hija del acusado, y el Juzgado le acababa de otorgar el derecho de visitas en fines de semana alternos. Según el acto judicial, al cual ha tenido acceso El Comercio, Juan Antonio quería evitar que se cumpliera esta medida, ya que, según él, Luis quería prohibirle ver a su nieto cuando el niño estuviera con él.

De esta manera, Juan Antonio se presentó en el domicilio de la víctima, quien le indicó que podrían hablar en la cocina. En un determinado momento el acusado sacó un machete de entre sus ropas y le atacó brutalmente, clavándole el cuchillo "con gran violencia en el abdomen, provocando una herida de tal gravedad que produjo que se salieran los intestinos". A pesar de eso, y sin que la víctima pudiera defenderse en ningún momento, Juan Antonio siguió asestando puñaladas a su yerno, hasta 25, con la finalidad "de asegurarse su muerte".

Se entregó al cabo de unas horas

Luis Salazar murió a causa de una parada cardiorrespiratoria a consecuencia de las cuchilladas. Poco después, el condenado acudió a comisaría y confesó al agente de la puerta que "creía haber matado a su yerno pinchándole en el estómago", según recoge el acto. El magistrado ha considerado como probado que el condenado actuó con premeditación y con saña. Por este motivo se le ha juzgado por asesinato y no por homicidio, como argumentaba la defensa.

Por lo tanto, Juan Antonio Felipe Román tendrá que ingresar en prisión durante 22 años, aunque la acusación particular pedía para él 25. Además de esta condena se le ha impuesto también la medida de libertad bajo vigilancia durante 10 años después del cumplimiento de la pena de prisión. Con respecto a la responsabilidad civil, tendrá que pagar 200.000 euros a su nieto en concepto de indemnización, así como 60.000 euros a los padres y a cada uno de los ocho hermanos de su víctima. Así y todo, la sentencia no es firme y hay lugar para un recurso de apelación.