La Guardia Civil ha detenido a un hombre de 26 años después de que esta pasada madrugada entrara por la fuerza en el cuartel de Chiclana de la Frontera, en Cádiz, y atacara a golpes a ocho agentes, todos ellos heridos de diversa consideración. Los hechos tuvieron lugar en torno a la una de la mañana, cuando el individuo llegó en moto a las dependencias policiales, se encaró al guardia que había en la puerta, forcejeó con él, le robó la defensa que llevaba encima y le dio un fuerte golpe en la cabeza, provocándole una herida abierta por la cual tuvo que recibir varios puntos de sutura en la cabeza y en la cara.
Seguidamente, empezó a chillar y amenazar al resto de agentes que había en el interior del cuartel. Después volvió a salir y huyó mientras golpeaba con la defensa los vehículos patrulla y todo aquello que se encontraba por delante. Los agentes, en colaboración con la Policía Local de Chiclana, lo pudieron perseguir y parar en una gasolinera en las afueras de la población. Al ir a reducirlo, el hombre se resistió a la detención y empezó a agredir a los agentes. Algunos de ellos sufrieron cortes y fracturas en las manos y las piernas. Finalmente, se le pudo detener y ha sido puesto a disposición judicial por un delito de homicidio en grado de tentativa, dos delitos de lesiones graves, cinco delitos de lesiones leves, atentado contra los agentes de la autoridad y dos delitos de daños en vehículos particulares.
La Guardia Civil pide más autodefensa
A raíz del incidente en la localidad de Chiclana de la Frontera, las asociaciones profesionales de la Guardia Civil han pedido que se la considere una profesión de riesgo y se dote a los agentes de mejores armas de autodefensa. Especialmente, reivindican poder tener pistolas eléctricas Taser, equiparándose así en los otros cuerpos policiales que ya las llevan con el fin de defenderse de posibles ataques como el que ha tenido lugar en las últimas horas.