La mitad de los clanes de narcotraficantes de marihuana que operan en Catalunya tienen armas de fuego, según los últimos datos hechos públicos por los Mossos d'Esquadra. En la investigación y desarticulación de estas organizaciones se han encontrado armas cortas como pistolas, armas largas como escopetas, armas de guerra y también armas caseras, como las trampas de perdigones que hirieron a un agente del ARRO en Alcoletge (Lleida).

Según los informes internos de los Mossos, en más del 70% de los incidentes relacionados con narco asaltos -enfrentamientos entre bandas para robarse marihuana- o con el control del territorio, se han registrado uso de armas de fuego. En casi un 20% de las plantaciones que se desmantelan se encuentran armas de fuego, sobre todo pistolas.

Si estos datos son reales, y teniendo en cuenta que las plantaciones de marihuana y los grupos criminales han proliferado por todo el país, con operaciones casi cada día, hace pensar que Catalunya se ha llenado de armas. Y a manos de los delincuentes. Y si bien los grupos criminales las tienen para defenderse, a ellos y en sus plantaciones, también pueden acabar utilizando en otros ilícitos. Cuantas más armas sin control haya en nuestro país, más inseguridad desencadenará. El año pasado como mínimo cuatro asesinatos se pudieron relacionar con el tráfico de marihuana.

¿De dónde salen estas armas?

Según el análisis de los Mossos d'Esquadra, hay dos tipos de armas. Las que entran de fuera del Estado y que acaban al mercado negro, compradas desde la Dark Web, como las más modernas, como por ejemplo las Glock. Se compran en este internet sin control y llegan a nuestra casa desde Chequia, Eslovaquia, Bulgaria y también desde Andorra.

En cambio, también hay un mercado negro, en entornos más marginales, donde por menos de 600 euros se pueden conseguir armas. Son pistolas antiguas, de la Guerra Civil Española, y cada vez se encuentran en más entradas y registros en pisos y plantaciones.

Imagen de la pistola encontrada en un cacheo de Tarragona / CME

La última, del modelo Astra M1921, fue encontrada en un chalet de lujo del Catllar donde los Mossos localizaron 700 plantas de marihuana, la semana pasada. La pistola estaba lista para ser utilizada, estaba municionada. En otros registros, también en plantaciones de marihuana, se ha localizado este tipo de arma. Es una pistola de 9 mm, de origen español creada el año 1921 y exportada por toda Europa, de utilización militar y la Guardia Civil. Se trata de una pistola muy poco sofisticada, rudimentaria y muy antigua, pero puede matar.

Un arma parecida, una STAR 380, de modelo antiguo, es la que los Mossos confiscaron después del tiroteo de Salou donde murió un hombre, ejecutado en medio de la calle, el pasado mes de mayo. Se trata de un arma corta también de origen militar coetánea a la Guerra Civil y utilizada también por milicias paramilitares durante aquellos convulsos años.

Imagen de la pistola del tiroteo de Salou, el pasado mes de mayo / CME

¿Se pueden encontrar al mercado negro?

Fuentes de los Mossos confirman que no es complicado encontrar este tipo de armas, estas recuperadas de la Guerra Civil, rudimentarias pero letales, al mercado negro de casa nuestra. Por menos de 600 euros la inteligencia de Mossos asegura que se podría conseguir y cada vez se van encontrando en más entradas y registros en plantaciones de marihuana por todo el país.

En el mercado de la segunda mano también se pueden encontrar armas históricas como estas, pero están inutilizadas y, presuntamente, no se pueden utilizar para disparar. Sin embargo, los especialistas también explican que hay personas que compran estas armas con el fin de volver a activarlas y que tengan capacidad de abrir fuego.

El círculo vicioso de la violencia de la marihuana

Los expertos en la investigación criminal enmarcan esta capacidad de las bandas de crimen organizado destinado al tráfico de marihuana en la gran capacidad económica que tienen. A más negocio, más interés criminal y más beneficios. A más beneficio, más competencia, y a más competencia, más rivalidad. Una cosa lleva a la otra, obligando a los delincuentes a dotarse de más armas, para defenderse de los competidores. Una espiral de violencia con armas al alcance de todo el mundo.