Los medios movilizados en el dispositivo de búsqueda de Tomás Gimeno y sus dos hijas, Anna y Olivia, de 1 y 6 años, desaparecidos desde el martes en Tenerife, han encontrado una silla infantil de retención en vehículos flotando en el mar.
Aparece una silla de bebé en el puerto de Tenerife
Desde primera hora de este jueves, un amplio dispositivo de búsqueda, formado por medios de la Guardia Civil, Salvamento Marítimo y el Grupo de Emergencias y Salvamento, rastrean varias zonas por mar, tierra y aire, entre la punta de Anaga y Güímar, en busca de los desaparecidos.
Además, Salvamento Marítimo ha hecho un llamamiento a todas las embarcaciones que se encuentren en tránsito por la zona donde fue hallado, vacío y a la deriva, el barco propiedad del padre, Tomás Antonio Gimeno, para que estén atentos por si pudieran avistar algún indicio que pudiera facilitar las labores de búsqueda.
El dispositivo se mantuvo activo hasta la puesta del sol y se retomará esta mañana.
De acuerdo con la denuncia de la madre, Beatriz, de la que recientemente se había separado, Tomás Gimeno se llevó a sus hijas el martes a las cinco de la tarde y tendría que haberlas devuelto a las nueve de la noche.
Sin rastro de Anna y Olivia, secuestradas por su padre
Una llamada del hombre a su expareja avisándola de que no volvería a ver a las niñas ni a él, alertó a la mujer, por lo que denunció la desaparición de las menores a la Guardia Civil, que desde el primer momento ha considerado el caso como una desaparición de alto riesgo, ya que se trata de dos niñas de tan solo 1 y 6 años y las amenazas del padre resultan inestables.
En la medianoche del martes al miércoles, el hombre, según registraron las cámaras de la Marina de Santa Cruz, zarpó solo en su barco, que fue hallado horas más tarde sin ocupantes y a la deriva.
Además, un vigilante vio cómo sacó de su vehículo y cargó en la embarcación bolsos, maletas y bolsas de ropa, según ha detallado a Efe el capitán de puerto de Marina Tenerife, Enrique Alonso.
Las fuentes de la investigación han indicado que la mujer ya se había quejado en diciembre ante la Guardia Civil de que su expareja la había amenazado verbalmente, pero no quiso presentar denuncia.
No obstante, los agentes realizaron un seguimiento de oficio y, en marzo, volvieron a preguntarle. La mujer dijo entonces que el episodio de las amenazas de diciembre no se había repetido.
Las fuentes han aclarado que hay varias líneas de investigación abiertas y que no se descarta ninguna hipótesis aunque un juzgado de Güímar ha abierto diligencias, declaradas secretas, por un presunto delito de secuestro parental.