Una mano humana ha aparecido este martes en la playa de dunas de Calahonda, en la costa malagueña. Todo parece indicar que estos restos humanos pertenecen a Natalia, la mujer colombiana de 46 años que murió descuartizada por su expareja en Marbella. Su cadáver apareció flotante al mar Mediterráneo, sin manos ni cabeza y con un gran corte en el abdomen. Desde entonces, los agentes de la Guardia Civil ha montado un operativo de búsqueda para encontrar las partes del cuerpo que todavía faltan.

Hacía las 15.15 horas, una persona que se encontraba en esta playa ha alertado a los cuerpos de seguridad porque había encontrado en la arena lo que parecía que era una mano humana. Una hora más tarde, los agentes de la Guardia Civil que se habían desplazado hasta el lugar han encontrado una segunda mano. Los restos humanos han aparecido a varios quilómetros de Marbella, seguramente arrastrados por la marea. Desde hacía seis días se estaban buscando estos restos en playas cercanas al lugar del crimen.

Aunque parecía difícil en un primer momento identificar a la víctima, se pudo saber rápidamente por la confesión del autor del crimen. El hombre había sido detenido por la desaparición de su expareja, de quien hacía horas que no se sabía nada. Ante los agentes, confesó que había matado a la mujer, lo había descuartizado y lo había tirado en el mar. Las pruebas de ADN confirmaron que era el cadáver que había aparecido horas antes en la playa de Las Cañas.

Habían mantenido una relación de cinco meses

Natalia y su asesino, Leonel, también de nacionalidad colombiana y 45 años, habían mantenido una relación de cinco meses que ella había decidido romper el pasado mes de noviembre. La mujer lo había denunciado por maltratos y el juez había decretado una orden de alejamiento. A pesar de eso, él no paraba de molestarla y llamarla por teléfono, cosa que tenía prohibida. Finalmente, la acabó matando. Los investigadores creen que habría cometido el crimen después que ella se negara a volver con él. Una vez asesinada, le habría cortado la cabeza y las mano para dificultar su identificación. Además, le habría cortado el abdomen para intentar que el cuerpo se hundiera en el mar.