El año 2017, Alex Batty, entonces de solo 11 años, desapareció durante unas vacaciones en Málaga con su madre y su abuelo. El pasado 13 de diciembre, seis años después de perderle el rastro, lo encontraron deambulando solo por una carretera de Francia. El chico, ahora con 17 años, fue recogido por un transportista en torno a las dos de la madrugada, después de haber caminado durante cuatro días por los Pirineos, cargando solo una mochila y un patinete eléctrico. Cuando Alex le explicó que intentaba volver al Reino Unido, de donde es originario, después de seis años desaparecido, el hombre lo llevó a una comisaría.

Secuestrado por su madre en una 'comuna espiritual'

La custodia de Alex la tenía desde hace años la abuela materna, que vive en Oldham, en el Reino Unido. El verano del 2017, el chico viajó a España con su madre y su abuelo, quienes consiguieron que la abuela les dejara pasar unos días con él con la excusa de ir de vacaciones juntos. Alex, sin embargo, no volvió nunca a casa de la abuela, quien en aquel momento explicó a la policía que seguramente su hija se lo había llevado con ellos a Marruecos, dónde tenía intención de unirse a una secta.

Durante los últimos seis años, Alex convivió con diferentes personas en "comunas espirituales", primero en Marruecos y más adelante en Francia, después de volver una temporada a España. Alex no fue nunca al colegio, y lo obligaban a practicar yoga, meditación y otros rituales espirituales. Tampoco tenían una residencia habitual, desplazándose periódicamente de casa en casa, donde ya había otras familias, hasta que el año 2021 se asentó con su abuelo en una granja en La Bastida de Clarença, donde los propietarios habían contratado al hombre para ayudarlos con las tareas de la finca. La madre, en cambio, siguió con su estilo de vida itinerante, hasta que abandonó Francia en torno al mismo tiempo que Alex decidió volver a Inglaterra.

Buscada por la Interpol

Según el diario Daily Mail, la Interpol se ha añadido a la búsqueda de la madre de Alex Batty. El chico explicó a la policía que la mujer le comentó que quería ir a Finlandia porque quería ver la aurora boreal. La familia con la que vivió Alex durante los últimos dos años, que prácticamente lo adoptaron, proporcionándole una habitación para él solo y libre acceso a la casa, explicaron al mencionado medio que hacía un año que la madre había abandonado el pueblo, pero que frecuentaba el mercado de los domingos, dónde aprovechaba para ver a su hijo.

Con respecto al abuelo de Alex, según el adolescente, murió hace seis meses, pero algunos de los vecinos de La Bastida de Clarença aseguraron haberlo visto trabajando en unos campos hace menos de diez días. Sea como sea, Alex decidió volver a casa con su abuela, para poder recuperar sus documentos de identidad que, presuntamente, su madre escondió para mantenerlo con ella, y poder matricularse en el colegio. Mientras tanto, la búsqueda de su madre continúa por Europa; los agentes se muestran optimistas, ya que, según aseguraron al Daily Mail, si la mujer se ha marchado a Finlandia, como aseguró el adolescente, tuvo que utilizar su pasaporte, y eso les facilitará rastrearla.