Sigue el juicio contra Brian Raimundo, un hombre de 24 años boliviano que está acusado de haber intentado matar y haber agredido sexualmente de manera sádica a una joven de 16 años la madrugada de la Castanyada de 2021 en Igualada, la capital de l'Anoia. Los Mossos d'Esquadra pudieron acreditar que el hombre era el autor y esta semana se está celebrando el juicio contra él. Tras la declaración de los camioneros que la encontraron medio desnuda, entre un charco de sangre y "medio muerta", hoy ha sido el turno de los agentes de los Mossos d'Esquadra que llegaron primeros al lugar de los hechos y de los investigadores de la Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS) que lideraron la investigación hasta que en abril de 2022, tras cinco meses, pudo ser detenido Brian Raimundo en su casa, en el centro de Igualada. Las imágenes de las cámaras de seguridad confirman que el ataque duró 20 minutos, desde el momento en que se vio cómo la persiguió hasta que escapó, tras los hechos. El registro en su casa fue clave para confirmar los hechos. Se encontró ADN y restos de sangre de la menor agredida sexualmente. Los Mossos que han declarado hoy ante el tribunal y que participaron en la caza del joven boliviano han asegurado que no hay duda de su participación en esta brutal agresión, que se juzga también como un intento de asesinato y que le puede conllevar 45 años de prisión.
Más de 155 cámaras buscando al agresor
La ahora inspectora Kira Estrada, jefa de la UCAS, ha explicado que la investigación se alargó cinco meses y que fueron clave las imágenes que pudieron analizar de 155 cámaras de seguridad que había en empresas del polígono de les Comes, y también la geolocalización de los teléfonos móviles, tanto de la víctima como del acusado. La pista clave la dio un vídeo que facilitó un testigo, un piloto de avión, donde se veía a un grupo de jóvenes destrozando varios coches; en las imágenes se ve y se puede acreditar la presencia del acusado, que después se pudo ver en otras imágenes durante las cientos de horas de visualización.
La inspectora ha relatado que en una de las imágenes observaron cómo un chico, que iba vestido de color negro y llevaba una mochila negra y unas zapatillas blancas, siguió a la joven y, en un momento dado, empezó a correr detrás de ella. Volvieron a ver al hombre 23 minutos más tarde, cuando faltaban veinte minutos para las siete de la madrugada. Estas imágenes, ha explicado la inspectora al tribunal, eran "mucho más nítidas". La agresión, supuestamente, duró más de veinte minutos. Las lesiones que sufrió la chica, que necesitaron más de seis operaciones quirúrgicas, fueron brutales y sádicas, detallan todos los informes periciales. Uno de los agentes que fueron de los primeros en llegar a la zona ha explicado que la zona era muy solitaria, que nadie pasa por ahí, que si el primer camionero no la hubiese visto, tapado con una chaqueta y avisado al 112, seguramente, la menor habría muerto.
El móvil del agresor, en los mismos lugares que ella
El padre de la víctima, según han explicado los investigadores de los Mossos, tenía una aplicación para geolocalizar el teléfono de su hija y esto permitió a los investigadores hacer el recorrido exacto que hizo la joven esa noche. Además, el estudio del móvil del acusado permitió geolocalizar su teléfono en los mismos lugares por donde pasó la víctima y en las mismas horas. De este mismo análisis también se ha podido saber que la menor puso en Google Maps cómo llegar hasta la estación y que la aplicación la dirigió hacia un camino erróneo -las grabaciones de las cámaras de seguridad lo confirmaron- y fue allí donde fue asaltada por su agresor, que la siguió, atacó y agredió.
Todas las imágenes llevan a Brian Raimundo
La inspectora Estrada ha explicado que rastrearon, a través de las cámaras de seguridad, todas las otras personas y vehículos que pasaron por esa zona durante el margen temporal en que tuvo lugar la violación y que acabaron descartándolos a todos; no tenían ninguna duda de que el hombre que buscaban era Brian Raimundo. El juicio contra el monstruo de Igualada seguirá este miércoles con más declaraciones de los agentes de los Mossos que también participaron en la investigación y en el registro en casa del joven, donde se encontraron restos de ADN de la chica en una chaqueta que llevaba el hombre el día de los hechos, supuestamente.