El actor Roberto Álamo, conocido por papeles en películas como La piel que habito, de Almodóvar, o Que Dios nos perdone, no siempre tuvo suerte y estabilidad económica. De hecho, el intérprete, galardonado con dos premios Goya, ha confesado la intentona de vender una de las estatuillas por Wallapop.
El actor Roberto Álamo confiesa su salida en momentos bajos
La industria cinematográfica en muchas ocasiones es cruel y son numerosos los casos de trágicos finales en estrellas venidas a menos. En el caso de Roberto Álamo, últimamente aclamado por series como Caronte o Estoy vivo, por suerte ha quedado en una anécdota.
Roberto Álamo en el festival de San Sebastián / EP
Así lo desvelaba en una reciente entrevista en El Hormiguero, donde acudió junto a Inma Cuesta para presentar su último trabajo en el cine, El Páramo, y donde explicó cómo intentó salir adelante en uno de sus momentos más bajos, cuando su economía personal le ahogaba.
Vender el Goya en Wallapop
Aunque parezca increíble, el actor tuvo unas temporadas en las que no recibía ninguna oferta de trabajo y los ahorros menguaban, dejándole sin un buen colchón económico en el que respaldarse.
El presentador del programa, Pablo Motos, sacó el tema cuando les preguntó que por qué estaba mal visto que en profesiones como la interpretación se trabajara o aceptaran papeles por dinero.
Roberto Álamo en los premios Max / EP
El propio Álamo confesaba entonces que lo primero que miraba a la hora de aceptar un papel no era la calidad o si le gustaba más o menos, sino la cuenta del banco. Porque, para él, la prioridad es mantener a su familia, aunque el proyecto en cuestión le pareciese "bastante flojo", aseguraba.
Lamentaba también: "Esto no es Hollywood, no vives toda tu vida de un papel", y aunque ahora se encuentre en una buena racha, no siempre fue así y admitió incluso que llegó a pensar poner su premio Goya -el segundo le llegaría más tarde- a la venta en Wallapop para poder ganarse la vida.
Una llamada lo salvó del pozo y ganó un segundo premio
"He llegado a poner el Goya con un fondo rojo de terciopelo para venderlo en Wallapop, que luego menos mal que no lo vendí, porque me enteré de que no se puede", confesaba entre risas el artista. Tomaba esta decisión después de nueve meses sin trabajar, aunque finalmente no llegó a venderlo. "No pedía una cantidad excesiva por él", detallaba.
Roberto Álamo en el festival de San Sebastián / EP
Además de vender el máximo reconocimiento ansiado por los actores españoles, Álamo valoró volver a trabajar en la hostelería, como hacía antes de entrar en el mundo de la interpretación, e incluso redactó un currículum para empezar a buscar empleo que no fuese de actor.
Finalmente, antes de Wallapop y de volver a un bar, recibió una llamada milagrosa que le permitió volver al trabajo de sus sueños y unos años más tarde le llegó su segundo premio Goya con la película Que Dios nos perdone, protagonizada junto al actor Antonio de la Torre.