La pareja de la mujer que murió al caer al vacío desde un quinto piso del paseo de Joan Maragall, en el distrito de Horta de Barcelona, ha ingresado esta noche en la prisión aunque él, al igual que su madre, mantiene que la mujer se suicidó. Los Mossos, sin embargo, aunque no tienen ahora mismo ninguna prueba clara contra él, creen, por los testimonios y las contradicciones que han detectado en las declaraciones del detenido, que fue él quien la lanzó al vacío provocándole la muerte. La magistrada Carmen Sánchez-Albornoz, titular del juzgado de violencia contra la mujer 4 de Barcelona, lo ha enviado a prisión provisional sin fianza mientras avanza la investigación y para evitar que pueda escapar antes del juicio, por su falta de arraigo en el Estado y la falta de trabajo estable. Está acorralado, pero niega los hechos y nadie, de los que quieren decir la verdad, lo vieron.
Según han podido reconstruir los investigadores de la DIC de los Mossos d'Esquadra, que asumieron desde un primer momento la investigación de los hechos, que si bien no tenían indicios claros, sí claras sospechas que hacían pensar que la muerte de N.G. no era un suicidio -como él dijo-, la pareja ya había tenido episodios anteriores de agresiones, aunque la mujer, de nacionalidad extranjera -los dos originarios de la Europa del Este- no había denunciado.
Agresiones previas que la mujer no denunció
En el verano de 2023 los Mossos ya se presentaron en casa de la pareja, alertados por los vecinos. La mujer, en aquel momento, negó que las agresiones fueran hechas por parte del hombre, y aseguró que se había hecho daño en la playa. Los agentes, como no presenciaron la agresión, y sin la corroboración por parte de la mujer, no lo detuvieron y no se iniciaron acciones judiciales. Los hechos, según ahora recoge la jueza que ha asumido el caso, se repitieron en mayo de 2024, cuando unos vecinos vieron cómo el hombre agarraba a la mujer del brazo en la terraza, precisamente en el lugar donde, supuestamente, se inició el enfrentamiento la madrugada de este lunes y que terminó con la mujer precipitada.
Según la teoría de los investigadores, que avala también la Fiscalía, fue el hombre quien la lanzó al vacío. El impacto con el suelo fue mortal. Un testigo vio cómo el hombre bajó a la calle, le levantó la cabeza y, lejos de pedir ayuda o intentar reanimarla, se fue corriendo, sin camiseta, hasta casa de un primo suyo, que vive a pocos metros. Cuando fue detectado por la policía, fue detenido, y explicó que hacía horas que estaba en casa de su pariente, aunque los mismos familiares desmontaron esta coartada. La madre del detenido, que vivía en el mismo piso, relató también, en diferentes versiones, que la mujer había saltado de manera voluntaria. Sin embargo, durante estas primeras horas de la instrucción, ha ido cambiando de versión.
La investigación deberá servir para aclarar si, como asegura el hombre y su madre, la mujer saltó voluntariamente, o bien fue él quien la precipitó, causándole la muerte. Por ahora no consta que la mujer padeciera ningún tipo de trastorno psicológico o psiquiátrico, como ha asegurado el hombre, que dijo a la policía que la mujer tomaba pastillas -que no se han encontrado en el registro de la casa-. Y sí que se ha demostrado que hubo episodios de violencia previos -una amiga de la víctima lo ha confirmado- y que el hombre, en el momento de la discusión, anterior a la precipitación, estaba en la terraza con la mujer, aunque intentó engañar a la policía. La madre del detenido, creen los Mossos, lo vio. Pero por ahora, no lo ha explicado.
Riesgo de escapar por falta de arraigo en nuestro país
Sea como sea, la jueza, para evitar que escape y que pueda manipular a los testigos, que serán clave en este caso, teniendo en cuenta que nadie vio cómo se precipitó, supuestamente, la mujer, ha decidido enviarlo a prisión. El hombre es originario de la Europa del Este, donde mantiene a su familia y una hija, por lo tanto, la Fiscalía y la misma magistrada creen que es fácil que quiera escapar para evitar tener que rendir cuentas con la justicia. En la interlocutoria que ha firmado este miércoles por la noche la magistrada, se asegura que hay "indicios racionales" de que se trata de una "muerte violenta" aunque, hasta ahora, los Mossos d'Esquadra todavía no han podido aportar indicios claros -más allá de los testimonios que oyeron la discusión y vieron cómo escapaba y las contradicciones de las declaraciones del detenido y de su madre- de la acción criminal. La causa sigue abierta por homicidio, dos delitos de lesiones en el ámbito de violencia sobre la mujer y un delito de violencia habitual a la espera de que avance la instrucción y las nuevas diligencias que ordene la magistrada. La defensa del hombre, por su parte, había pedido que fuera dejado en libertad. La magistrada, en cambio, ha hecho caso a la Fiscalía y lo ha enviado a prisión.