Una mujer de 78 años murió el pasado lunes en su casa en la localidad de Andújar, en Jaén, después de ser brutalmente asesinada por cuatro menores de entre 15 y 17 años, entre los cuales está su nieto. Según ha informado la Policía Nacional, los cuatro jóvenes, de nacionalidad española y sin antecedentes, fueron detenidos este jueves como presuntos autores de un delito de homicidio. La hipótesis de los investigadores es que el nieto de la víctima, un chico de 15 años, orquestó el crimen para robarle las joyas y el dinero e implicó a sus amigos en él.

El cadáver de la mujer presentaba 47 navajazos

El cuerpo sin vida de la anciana estuvo descubierto el pasado lunes por su hijo. Viendo que no podía contactar con ella por teléfono, se acercó a su casa y vio que la luz y la tele del comedor estaban abiertas y que su madre estaba tendida en el suelo rodeada de un gran charco de sangre. Salió al rellano a pedir ayuda a los vecinos, que alertaron a los servicios de emergencias. Agentes de la Policía Nacional, así como efectivos de la Policía Local, fueron hasta el lugar de los hechos y confirmaron la muerte de la mujer.

El cadáver presentaba varios hematomas en la cara fruto de un posible forcejeo al intentar defenderse. Además, presentaba a una gran cantidad de heridas de arma blanca en el torso, las manos y el cuello. En total, le clavaron 47 navajazos. El hijo, además, se dio cuenta de que la caja donde su madre guardaba el dinero en efectivo estaba vacía, y las joyas, algunas de ellas de oro, habían desaparecido. Tampoco se encontraron las llaves del domicilio o el teléfono móvil de la víctima. La Policía Científica acordonó la vivienda y recopiló muestras para iniciar la investigación del crimen.

Su nieto orquestó el asesinato para robarle el dinero

Los primeros indicios apuntaron que el responsable del asesinato podría estar en el entorno próximo de la anciana. En este sentido, llamó la atención unos mensajes de texto de un par de días de antes que se cometiera el crimen, donde el nieto de la víctima le decía que "algún día podría pasar alguna cosa", sin dejar claro a que se refería, pero con un claro tono de amenaza. El chico de 15 años se convirtió en el principal sospechoso, y las continuas contradicciones en el interrogatorio no hicieron más que confirmarlo.

Los investigadores determinaron que el menor no había actuado solo, sino que había contado con la colaboración de tres amigos. De hecho, una vez ya se había producido el crimen, les llegó a reunir hasta tres veces para decirles lo que tenían que decir en caso de ser interrogados por la policía y los amenazó con matarlos si no se mantenían callados y salían de lo que habían pactado. Los cuatro jóvenes acabaron siendo detenidos y se registraron sus domicilios, de donde se requisó la ropa que podían llevar el día de los hechos. También se intervino sus teléfonos móviles. Los agentes de la Policía Nacional pudieron recuperar dos cojines manchados de sangre que eran de la víctima, así como dos navajas con las cuales presuntamente cometieron el asesinato. Los chicos han pasado a disposición de la Fiscalía de Menores.