Una mujer de 94 años sufrió una brutal agresión en una residencia de Arganda del Rey, en Madrid, por parte de una trabajadora. María fue abofeteada y sujetada con fuerza por una cuidadora del centro durante una madrugada de principios de semana. La anciana solo había llamado al timbre que tiene en la habitación para que una auxiliar viniera y le pusiera una crema para las rozaduras que le habían provocado los pañales. Pero la sanitaria se niega a hacerlo y al final la acaba atacando y provocando hematomas y heridas en los brazos, las mejillas y la frente, además de otros más pequeños por el resto de la cara.
La nonagenaria se intentó defender del maltrato del auxiliar
Su nieta ha denunciado en redes sociales el deplorable suceso y ha explicado que desde la residencia, la presunta agresora justificó que su abuela se autolesionó. Este argumentario no ha acabado de convencer a la familia y, según ha narrado en Antena 3, la anciana pidió auxilio cuando empezó a golpearla pero la trabajadora le contestó: "puedes gritar todo lo que quieras, estoy sola en este turno y nadie te escuchará". La nonagenaria intentó defenderse de la brutal paliza que la auxiliar le profirió, no tanto quizás por los fuertes empujones, sino por los daños y dolor que le puede proferir a una mujer de avanzada edad una agresión violenta.
Han pegado a mi abuela en la Residencia de Arganda del Rey, la agresora refiere que mi abuela (94 años) se ha autolesionado ella sola.
— ConBdeLile (@LiileArroyo) December 13, 2022
Pido difusión para que se sepa. Muchísimas gracias pic.twitter.com/cmfUsFPuGI
"Tenía los cinco dedos marcados, heridas en el antebrazo. Bajaron y dijeron, aquí ha pasado una cosa muy grave", ha explicado la hija al medio citado, después de que las auxiliares del turno de mañana vieran a la residente con la cara marcada y con hematomas. Lo comunicaron a sus superiores, pero no avisaron a la familia. Este fue el primer punto que hizo estallar la furia de su hija cuando fue a visitarla tan solo dos días después y vio las heridas que presentaba en el rostro.
María, de 94 años, es dependiente, pero según la familia no presenta ninguna demencia importante. De hecho, se orienta perfectamente y no tiene olvidos recurrentes. Una vez su hija tuvo constancia de los hechos, la llevó al médico, que le hizo un parte de lesiones con el que interpusieron denuncia. El juzgado de guardia de Arganda del Rey ya tiene constancia del suceso y la familia, además, ha reclamado ante la Comunidad de Madrid la agresión a la nonagenaria. La administración ha abierto un expediente informativo para aclarar qué pasó aquella madrugada en la residencia.