Nickalas Kedrowitz, un joven de 17 años, ha sido condenado por asesinar a sus dos hermanos en Indiana (Estados Unidos). El menor de edad ha sido condenado a 100 años de cárcel después de un juicio extremadamente polémico en el que la madre de Kedrowitz le ha exculpado diciendo que la influencia del padrastro ha sido el detonante del crimen.
Oficialmente, la condena de Kedrowitz por quitarle la vida a sus hermanos de 23 meses y 11 años es de dos cadenas perpetuas. Pese a ello, los crímenes no los cometió en un corto periodo de tiempo. Asesinó a Desiree McCartney, su hermana pequeña, en mayo de 2017 después de asfixiarla. En el mes de julio de ese mismo año decidió matar a Nathaniel Rit, su hermanastro de 11 años, usando el mismo método que había utilizado con su anterior víctima, la asfixia.
En el juicio el joven no se mostró arrepentido de ninguno de los dos crímenes, según cuentas varios medios locales de Indiana. De hecho, Kedrowitz justificó sus acciones diciendo que matando a sus hermanos los estaba "liberando del infierno".
Más datos sobre el crimen de Kedrowitz
Se empezó a investigar la muerte de Desiree McCartney en el mes de mayo de 2017 por sus extrañas circunstancias. Pese a ello, el menor de edad no confesó ambos asesinatos hasta que mató a Nathaniel Rit, su hermanastro, unos meses más tarde.
De hecho no fue la única actitud extraña que mostró Kedrowitz, según cuenta el Indianapolis Star, el condenado llegó a mutilar un gato poco antes de asesinar a su hermanastro. Lo hizo mientras estaba en casa de unos familiares, que se encargaron de acabar con la vida del animal después de verlo sufrir y no poder hacer nada por salvarle la vida.
Han pasado cerca de cinco años desde que Nickalas Kedrowitz cometió su último asesinato, pero finalmente ha sido condenado a pasar 100 años en la cárcel por sus actos. El caso se hizo muy popular en los medios de comunicación en su momento y hoy muchas personas celebran su ingreso en prisión en las redes sociales, ya que consideran que es justo que Kedrowitz pase el resto de su vida entre rejas, de la misma manera que lo ha considerado Ryan King, el juez del caso.
De hecho, se juzgó al asesino con las mismas condiciones con las que se habría tratado a un adulto. La ley en el estado de Indiana (Estados Unidos) establece que desde los 12 años en adelante los acusados serán juzgados de la misma manera de que si fueran mayores de edad, aunque cuando Kedrowitz cometió los asesinatos todavía tenía 17 años y, por lo tanto, era considerado como menor de edad.
La madre le defendió en el juicio
Christina McCartney, la madre del condenado, habló en el juicio de su hijo, intentando reducir la pena del asesino declarando que el comportamiento anormal de Kedrowitz se debe a la influencia del padrastro del joven. Calificó a su expareja como una "mala persona" que "atemorizaba" a su primogénito.
De hecho McCartney llegó a afirmar que su expareja obligó a Kedrowitz a matar a su hermana, ya que le dijo que si no lo hacía él se encargaría personalmente y después asesinaría a su madre y al propio condenado.
También afirmó que el padrastro de Nickalas Kedrowitz era un tirano en casa y trataba con excesiva dureza a los niños de la casa. Según cuenta Christina McCartney, los encerraba en una habitación durante varias horas y los empujaba constantemente mostrando una actitud dominante y violenta contra todos ellos.