Todo empezó una tarde de septiembre, del día 28 para ser más específicos, cuando Carme Ametller estaba en el Mercadona de Tona (Barcelona). Estaba en el parking colocando todo correctamente en el maletero, mientras su teléfono móvil sonaba. Había un coche eléctrico junto a ella con un hombre en el interior, pero nada le hizo sospechar: lo más probable es que estuviera esperando a alguien. De sopetón empezaron a gritar y la increparon porque, supuestamente, su carrito de la compra molestaba, aunque lo tenía al lado del coche, como es habitual. Este fue el momento clave con el que empezó el robo, que después terminó en una estafa y problemas con su banco por un dinero que no le quieren volver. Carme se ha puesto en contacto con ElCaso.com y ha explicado lo que sucedió, con todos los detalles que también facilitó a la Policía Local de Tona en el momento de la denuncia.

Así le robaron el móvil en Tona: gritos y un carrito de supermercado

Carme se encontraba colocando la compra en el coche y la llamaron. "Cuando hablaba por teléfono, oí unos gritos, colgué y dejé el móvil dentro del bolso y cogí el monedero. Me gritaban "¡el carro que molesta!", y al final lo cogí y lo dejé en su sitio, que estaba a poco más de tres metros", ha relatado a este medio. Pero al volver se encontró la sorpresa: el vehículo en el que había un hombre esperando se había marchado y ya no tenía el bolso que había dejado en los asientos posteriores del turismo. Entonces pensó en volver al Mercadona, donde la encargada, muy diligentemente, le ofreció hacer una llamada a alguien o a la misma policía. En un acto involuntario, como le pasa a todo el mundo, no se percató de que el móvil lo había dejado en el bolso y cuando dijo que ella podía llamar vio que le habían robado.

A partir de aquí, empezó la estafa y los problemas con su banco que no le quiere devolver el dinero, a pesar de tener, según ha explicado, el seguro que da cobertura a este tipo de casos. Cabe decir, primero de todo, que el Mercadona de Tona se encuentra en una zona del municipio barcelonés rodeado por casas unifamiliares y bastante tranquila. Precisamente para eso, no es un sitio donde podría esperarse que se hiciera un robo de este tipo. En cualquier caso, Carme interpuso denuncia ante la Policía Local de Tona especificando la sustracción en el parking del supermercado —que solo tiene cámaras de seguridad en la entrada—, entre las cinco menos cuarto y las cinco y cuarto de la tarde, de unas gafas Ray Ban graduadas, un móvil Redmi, el bolso y el cargador. Todo estaría valorado en unos 470 euros. Una vez hecho esto, llamó a su marido.

"¿Habéis olvidado la contraseña?" y los filtros del banco

Su marido observó, a través de la aplicación del banco, que habían sacado 300 euros de un cajero automático con la tarjeta de Carme. ¿Cómo? ¿Utilizando las apps bancarias de su teléfono móvil posiblemente a través del ¿habéis olvidado la contraseña? y como en el teléfono estaba el correo electrónico era fácil acceder y cambiarlas. Con todo esto se apresuraron para neutralizarlo todo y bloquear tanto las cuentas virtuales como los pagos posibles por el dispositivo, aunque supieron, poco después, que los ladrones y estafadores habían intentado comprar por valor de 2.500 euros, pero no pudieron realizar la transacción. Habían logrado detener el fraude que podría haber sido masivo y ya dieron por perdidos los objetos y el bolso de mano, pero ahora los problemas empezaban con el banco...

"Las aplicaciones tienen filtros y, además, el seguro sirve para cubrir estas cosas", ha remarcado Carme. Primero fueron, ella y su marido, a la sucursal (en este caso el gestor) de Seva, también en Sant Miquel de Balenyà, y no consiguieron nada. No les querían devolver los 300 euros, aunque según asegura, "tenemos un seguro" que cubre estas cosas en el BBVA. Elevaron la queja hasta la sede central operativa, en Madrid. "'Ya llamaremos', pero no llaman", ha aseverado. También enviaron varias cartas al Servicio de Atención al Cliente del banco, como ha podido comprobar ElCaso.com, para que les devuelvan el dinero que les sustrajeron a través del móvil. Esto fue en noviembre, pero todavía nada.

"Que luchen hasta el final, porque no hay derecho"

La cantidad no es tan elevada como podría serlo en según qué estafas y testimonios que ha publicado este medio, pero es la impotencia, tal y como explican, de que no les devuelvan el dinero. El banco, por otra parte, recuerda que "la operativa estuvo validada por un doble factor de autenticación que solo usted conoce y dispone", lo cual hace imposible el retorno de los 300 euros. Pero Carme, tras el robo en Tona y todos los problemas que comporta la cancelación de cuentas bancarias, no se rinde. De hecho, hace una recomendación muy clara a todo el mundo que se pueda encontrar en un caso similar: "Que luchen hasta el final, porque no hay derecho. Tienen unos seguros y tienen que velar por los clientes. Que luchen". Respecto a los ladrones del parking del supermercado de Tona, no se ha vuelto a saber de ellos.