El aumento de las ciberestafas en los últimos tiempos ha llegado a tal punto que ya nos acondiciona en nuestro día a día. Actividades cotidianas en una persona, como tirar la basura o ir a hacer la compra, ya se pueden ver ensombrecidas por la presencia de los fraudes. Uno de los últimos que se ha detectado, y en los cuales te pueden llegar a vaciar la cuenta en solo dos minutos, es el que ya se conoce como "estafa de la tarjeta blanca". En este fraude, la víctima paga en el supermercado como siempre y vuelve hacia casa sin saber que ha caído en la trampa y que a su espalda los ciberdelincuentes le están robando todo el dinero.

Así funciona la estafa de la tarjeta blanca

En esta estafa no existen ni mensajes sospechosos ni enlaces fraudulentos ni nada que pueda hacer pensar que se está cayendo en un timo. En este caso, los ciberestafadores aprovechan que los supermercados están llenos de gente, con colas esperando en las cajas, para actuar sin dejar rastro. Lo que hacen es básicamente una clonación de tarjeta. Colocan un pequeño lector de datos camuflado en el datáfono y en el momento en que la víctima se dispone a hacer el pago todos los datos van a parar a manos de los delincuentes. Con esta información, pueden hacer una copia idéntica de la tarjeta original, con chip y banda magnética que funciona exactamente igual.

Ya con el duplicado de la tarjeta en las manos, la pueden utilizar para hacer compras en cualquier establecimiento comercial, por internet o pueden retirar dinero en cualquier cajero automático. La víctima, que no sospecha nada porque ha pagado en el supermercado como siempre, no se da cuenta de ello hasta que empieza a ver todos los gastos y compras que empiezan a aparecer a la cuenta del banco y que ella no ha hecho. Por este motivo, es muy difícil de detectarlo y evitar caer a la trampa, aunque es recomendable ir mirando a menudo los movimientos bancarios para detectar posibles cosas extrañas y poder bloquear rápidamente la tarjeta si es el caso.