Las ciberestafas están muy presentes hoy en día, es extraño encontrar una persona que nunca haya recibido una llamada sospechosa, un SMS fraudulento, o que no haya visto por las redes un engaño que utiliza códigos URL maliciosos para robar el dinero que las otras personas se han ganado honradamente. Uno de los métodos más habituales de los delincuentes es hacerse pasar por el banco e intentar engañar a las víctimas para conseguir su información personal y de esta manera poder acceder a sus cuentas, hacer transferencias o pedir créditos, quedándose con todo el dinero y dejando los problemas al propietario.
A menudo, utilizan la táctica del voice phishing. El funcionamiento de esta técnica es muy sencillo, pero acostumbra a funcionar con las personas mayores y, a veces, también con gente más joven. Los delincuentes se hacen pasar por un trabajador del banco, se ganan la confianza de la víctima dándoles algún dato personal que, en principio, solo debería conocer el gestor, y se inventan alguna historia relacionada con trámites o movimientos bancarios no autorizados que les están vaciando los bolsillos. Los ciberdelincuentes intentan convencer a las víctimas de que se trata de un problema serio, pero que si les dan sus claves de acceso, podrán solucionarlo. Si se lo dan, los estafadores pueden hacer lo que quieran y proceden con el robo de diferentes cantidades de dinero mediante transferencias.
Nunca debemos dar los datos por teléfono
Si alguna vez nos encontramos en una situación similar, en la que un supuesto trabajador del banco nos pide información, debemos sospechar y recordar algo muy importante: desde el banco nunca pedirían datos privados por teléfono. Si tenemos la más mínima sospecha, lo mejor que podemos hacer es colgar y llamar al número del banco que nosotros podamos encontrar por internet y preguntar allí o, si se tiene la opción, ir presencialmente. En caso de que recibamos un SMS extraño, lo mejor es ignorarlo.