Las armas de fuego en las plantaciones de marihuana en Catalunya se han vuelto una tónica habitual los últimos meses. De hecho, en la última que se ha desmantelado en Valls (Tarragona) los Mossos d'Esquadra han hallado una pistola de calibre 22. Los agentes han detenido este jueves a dos hombres de 33 y 46 años, respectivamente, como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas, otro de defraudación eléctrica y uno de tenencia de armas.
Los arrestados, uno de los cuales acumula una quincena de antecedentes policiales, estaban en el interior de un inmueble de la capital comarcal en el momento que los Mossos d'Esquadra han accedido. Los agentes, además de la pistola, han encontrado 1.422 plantas de marihuana, cerca de 300 de las cuales estaban en un espacio de secado. Aparte de esto y el arma, también han decomisado material para el cultivo del cannabis, como 59 lámparas, tres aparatos de aire acondicionado, cuatro filtros, 50 transformadores, ventiladores y extractores.
Uno de los detenidos en prisión y el otro en libertad con cargos
El registro de este jueves realizado por la policía catalana ha confirmado la existencia de la plantación en una casa ubicada en el camino de las Huertas de Valls. A primera hora de la mañana, los investigadores accedieron con el apoyo de efectivos del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO) y de la Unidad de Seguridad Ciudadana.
La intervención de la pistola, el cannabis y los aparatos de cultivo han llevado a la detención de los dos hombres que, este viernes al mediodía, han pasado a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Valls. El magistrado correspondiente ha decretado el ingreso en prisión de uno de ellos y la libertad con cargos del otro.
Un día antes: encuentran otra pistola en una plantación de marihuana en Catalunya
Como se explicaba, no es la primera vez que se encuentran armas de fuego en las plantaciones de marihuana en Catalunya, de hecho este miércoles, solo un día antes, los Mossos d'Esquadra descubrieron una pistola de 9 milímetros en un inmueble de Rajadell (Barcelona). En este caso, un hombre de nacionalidad albanesa, principal sospechoso del cultivo y de la tenencia del arma, escapó.