Los Mossos d'Esquadra han detenido a un hombre de 35 años acusado de secuestrar, agredir e intentar violar a una chica en una chabola en el barrio de les Fonts de Terrassa. Se trata del mismo violador que el pasado 6 de diciembre, hace apenas dos semanas, había sido detenido por protagonizar unos hechos prácticamente idénticos en la misma cabaña. En aquella ocasión, el juez decretó la libertad con cargos, la retirada del pasaporte, una orden de alejamiento de la víctima y la obligatoriedad de presentarse ante el juez.
Este miércoles, hacia la una de la madrugada, los Mossos d'Esquadra recibieron un aviso de una persona que podría estar retenida contra su voluntad y agredida sexualmente. Varias patrullas de la policía catalana se han desplazado hasta el lugar de los hechos, una cabaña ubicada en una zona boscosa del barrio de les Fonts de Terrassa, y allí han detenido al presunto secuestrador. Está acusado de detención ilegal, maltratos y tentativa de agresión sexual. Tras pasar a disposición judicial, se ha decretado prisión provisional, comunicada y sin fianza.
El hombre ya había sido detenido el 6 de diciembre por unos hechos idénticos
El agresor, que cuenta con una cincuentena de antecedentes y había estado en la prisión por robo, ya había sido detenido el pasado 6 de diciembre por secuestrar, agredir y violar a una chica en la chabola de madera donde vivía en una zona boscosa el barrio de les Fonts de Terrassa. La víctima, que llegó a estar secuestrada durante diez días, pudo enviar un mensaje a su madre pidiéndole ayuda y ella alertó los Mossos d'Esquadra, que la encontraron gracias a sus indicaciones.
La chica estaba retenida en una cabaña en condiciones pésimas, sin luz y llena de basura. Según su relato, el agresor había llegado a utilizar un arma de fuego, pero los Mossos no la encontraron cuando hicieron el registro. Después de pasar a disposición judicial, el juez decretó su libertad provisional con cargos, la retirada del pasaporte, la obligación de presentarse en los juzgados semanalmente y una orden de alejamiento sin poder acercarse a menos de 500 metros del lugar de residencia, trabajo o estudios de la víctima. El caso fue derivado en un juzgado de violencia de género, ya que se constató una relación afectiva entre agresor y víctima.