La estabilización del incendio que ha quemado las comarcas de la Conca de Barberà y Anoia empieza a poner fin a la pesadilla que ha dejado más de 1.700 hectáreas arrasadas por las llamas y multitud de vecinos desalojados o confinados. Algunos testigos que han tenido el fuego junto a casa explican su experiencia.

El testimonio de las víctimas del incendio de Anoia

El incendio, originado en Santa Coloma de Queralt, afectó principalmente al municipio de Bellprat, en la Anoia, que quedó rodeado por las llamas.

Los vecinos que viven allí todo el año, una docena, ayudaron a apagar el fuego con sus propios medios. Pero este lunes, después de la satisfacción de haber colaborado de forma esencial, han encontrado su entorno calcinado totalmente.

Incendio Santa Coloma de Queralt / EFE

Andreu ha explicado a la ACN la desolación que sienten: "Por suerte salvamos el pueblo, pero hemos luchado sin cesar y estamos tristes y angustiados. Nos sentimos impotentes. No podemos hacer nada".

Pepita Vidal, vecina de toda la vida, lamenta las pérdidas del paisaje: "Cada día, cuando me despierte, es lo que veré y me tengo que hacer en la idea".

Vecinos que apagan fuegos

Afortunadamente, casi todos los vecinos del pueblo son miembros de las Agrupaciones de Defensa Forestal, ADF, y, por eso, desde el sábado, estuvieron a primera línea del fuego.

"Sin parar y sin descanso. Donde nos mandaban íbamos a apagar e intentábamos parar todo lo que podíamos", explica Manel, uno de ellos.

Durante horas, estuvieron incomunicados, sin cobertura ni teléfono móvil, y eso, explican, incrementó la sensación de angustia entre los vecinos.

El incendio afectó a Bellprat y Sant Martí de Tous principalmente / EFE

El incansable trabajo impidió que el fuego llegara a las casas, pero han tenido que lamentar daños personales.

La afectación más grave la ha sufrido una granja porcina, donde se han quemado 400 de los 2.000 cerdos que tenían.

Bellprat y Sant Martí de Tous, los más afectados

La otra gran afectada ha sido la localidad de Sant Martí de Tous, también en Anoia, donde ya respiran más tranquilos después de una noche muy tensa.

"Ha sido una noche muy larga y triste. Tenemos rincones muy emblemáticos en el pueblo que se han quemado, pero por suerte las masías se han salvado y nadie se ha hecho daño", explica Maria Claramunt, una vecina que estuvo pendiente de ser desalojada hasta el último momento.

Las casas no estuvieron afectadas, pero el paisaje es desolador / EFE

"Ahora es todo gris en lugar de verde", continúa Claramunt.

Esta vecina también relata que su casa está ubicada justo delante de la cordillera de Miralles y, por eso, estuvieron toda la noche a la expectativa por si los tenían que desalojar.

"Hemos pasado muchos nervios y tensión, pero por suerte al final todas las masías se han salvado y no hemos tenido que lamentar muertes", concluía.

Una situación "muy angustiante y triste"

Josep Ramon Puig sí que se tuvo que ir de su casa, la masía La Pedrera, a la zona de Sentfores, donde vive con su madre.

Relata que a partir de las cuatro de la tarde vieron cómo empezaba a soplar el viento y como el fuego se iba acercando: "Bajamos a hacer las maletas y preparar cuatro cosas por si nos teníamos que marchar y, finalmente, a las ocho y media de la noche vinieron los Mossos d'Esquadra".

Los vecinos quedan ahora rodeados de terreno calcinado / Bomberos

Este vecino dice que tuvieron que dejar todos los animales en la casa -tienen caballos, perros, gallinas y patos-, por lo que vivieron una situación "muy angustiante y triste". Este mediodía, sin embargo, ya han podido volver a su casa.

Rincones emblemáticos calcinados

A su vez, el alcalde, David Alquézar, ha declarado a la ACN que "anoche, con el viraje del fuego, se cumplió el peor de los pronósticos previstos por los Bomberos".

Sin embargo, ha dicho que los vecinos estaban relativamente tranquilos porque "no había posibilidad de que el fuego llegara al núcleo", pero sí que ha relatado que han vivido toda la noche con "mucha preocupación".

La emblemática encina de Can Gol ha quedado destruida / Bomberos

Aunque el fuego no ha afectado a ninguna masía ni se ha tenido que lamentar ningún daño personal, sí que han quemado rincones emblemáticos del pueblo y muy frecuentados por los vecinos como la encina milenaria de Can Gol.

"La encina era muy viejecita y tenía un agujero en medio, creemos que alguna chispa la encendió por dentro y la ha acabado partiendo", explicaba el coordinador de los ADF en Anoia, Martí Senserrich. Esta mañana, un grupo de efectivos ha intervenido para remojar el árbol monumental, que todavía humeaba.