Bonnie y Clyde fueron los enemigos públicos número 1 y unos peligrosos fugitivos hasta que el 23 de mayo de 1934, juntos, murieron. La historia de Raúl Vázquez y Rolf Taubenberger podría llegar a recordar el caso de aquel par de delincuentes. Amor, muerte y una persecución policial unen, con sus diferencias, estas historias paralelas: la de la pareja de Texas y la del copiloto cadáver de la AP-7.

Viaje de amor con un cadáver de copiloto

La historia de este último viaje de amor se empieza a aclarar. Las explicaciones que dio Vázquez ante el juez han servido para conocer más a fondo por qué motivo Rolf Taubenberger (de 88 años) viajaba muerto, tapado con mantas y con el cinturón puesto en el asiento del copiloto del Citroën blanco que se estrelló en Jafre, en el Baix Empordà, este pasado viernes.

La pareja viajó desde Zurich por toda Europa

Sabemos qué pasó desde que el conductor, de 66 años, emigrante gallego establecido en Suiza, se escapó del control de la Gendarmería en Le Boulou. Hizo casi 40 kilómetros en contradirección hasta que dejó la AP-7 por la salida 5 y por carreteras secundarias llegó a Jafre, donde se accidentó. Cuando los policías de Tráfico de los Mossos abrieron el coche para detenerlo, encontraron el cadáver. Sabía perfectamente que llevaba el cuerpo sin vida de su pareja al lado y que no podría dar explicaciones convincentes a la policía y cuando se los encontró de cara, reaccionó de la peor manera posible. Por suerte, nadie resultó herido.

ARRO Mossos

El hombre se encontró con un control de cara a la AP-7 y decidió hacer media vuelta / ElCaso.cat

Y también sabemos, gracias a las investigaciones y las explicaciones que dio él en sede policial, el recorrido que habían hecho ellos dos antes del accidente de Jafre. Habían salido de Suiza el mes de diciembre, habían estado en Italia, en Francia y también en España, de donde era originario Raúl. Los tickets de autopista y tickets de otras compras pudieron confirmar la versión del hombre.

El viaje arrancó escapando de un hospital de Zurich

Pero faltaba saber cómo había arrancado el viaje. ElCaso.com ha podido saber, después de contactar con testigos vecinos de la pareja y en colaboración con el medio suizo Blick, que la ruta de amor arrancó hace cinco meses en Zurich, donde vivían Vázquez y Taubenberger. La pareja vivía en una casa de un barrio acomodado de esta ciudad suiza, eran conocidos por los vecinos y amables con todo el vecindario. Raúl hacía años que vivía en Suiza y hacía mucho tiempo que estaba casado con este científico jubilado.

Hacía meses que Rolf Taubenberger sufría Alzheimer y poco a poco su estado de salud fue empeorando. En un primer momento, lo cuidaba él en casa, hasta que fue casi imposible, e ingresó en un centro hospitalario, pero, según parece, Vázquez no podía soportar no pasar con su amor los últimos días de su vida y decidió sacarlo del centro, escapar y llevárselo para hacer el último viaje de amor.

Los vecinos aseguran que desde diciembre que no volvieron a ver a la pareja. La policía alguna vez se había presentado en la casa que la pareja tenía en Zurich para preguntar por los dos hombres, pero nadie sabía nada. No habían cometido ningún delito, por lo tanto, no se emitió ninguna orden de busca y captura contra los nuestros Bonnie y Clyde de versión suiza. Ellos ya estaban a kilómetros de Zurich, disfrutando, si se puede decir de alguna manera, de los últimos momentos juntos.

Relato confuso sobre los últimos días de viaje

Aunque el relato que hizo el hombre ante la jueza no es muy nítido, todo parece indicar que Rolf Taubenberger, que ya estaba terminal, acabó muriendo cuando la pareja estaba en Italia. Unas tres semanas, según Vázquez, que podrían ser más según la teoría de los forenses que se hicieron cargo del cuerpo del hombre. Después de estar en Italia, con Taubenberger cargado en el asiento del copiloto, pasó por Francia y fue hasta Lugo, donde vive una hermana de Vázquez. Después de estar con ella, siguió su viaje, otra vez en dirección a Suiza.

Lugo Galicia

El hombre de pasaporte español y suizo es de Lugo, en Galicia, donde tiene todavía una hermana / ElCaso.cat

Fue pasada la frontera francesa —ya había cruzado muchas sin ningún tipo de control policial ni fronterizo— que se encontró de cara con la policía y vio que era el final de su viaje. Después de pasar una noche en comisaría, los Mossos d'Esquadra entregaron el hombre al juez acusado de un delito de conducción temeraria, pero sin cargos relacionados con el cadáver que llevaba de copiloto.

En libertad, pero sin poder conducir por España

Conociendo el estado de salud del hombre y que no presentaba ningún signo de violencia, la jueza de guardia de la Bisbal de l'Empordà lo dejó marcharse. Ahora sólo tiene prohibido conducir por España. Lo que no podrá hacer, pues, es llevar él mismo el cuerpo de Rolf Taubenberger hacia Zurich. Si lo quiere enterrar en Suiza, lo tendrá que hacer siguiendo los protocolos de repatriación que marca la ley, mucho más complicada que tapar el cadáver con una manta y cargarlo en el asiento del copiloto del coche.