Los vecinos de la calle Josep Carner del Vendrell viven una auténtica pesadilla por culpa de un bloque de pisos ocupado que no deja de generar conflictos e inseguridad. Una pelea entre dos hombres magrebíes en que los dos acabaron apuñalados es la punta del iceberg de una problemática que tienen que vivir día tras día. Hartos de la situación, este pasado 30 de septiembre se presentaron en el pleno municipal para denunciar la situación y reclamar que alguien los ayude. La mujer que se dirigió al equipo de gobierno lo hizo encapuchada por temor a posibles represalias por parte de los ocupas.
"Muchos vecinos nos piden, por favor, si los podemos acompañar a las porterías porque tienen miedo", apunta a esta vecina, quien asegura que están "muy preocupados" con la situación. "Te invito a ver la puesta de sol desde mi terraza y ver cómo apuñalan a alguien, le dan un hachazo o quieren tirar a una persona por el balcón", le dice a una de las concejalas del equipo de gobierno. "No hablamos de que ocupen porque necesitan vivir después de pasar una mala situación, sino que es gente que malvive y lo hace con todo el mundo. No nos dejan en paz", apunta a la mujer, asegurando que "este es nuestro malvivir".
Coches destartalados en el parking y pisos llenos de bombonas de butano
En las últimas semanas, los ocupas han abierto el parking del edificio y han empezado a llenarlo de coches sin ITV, sin seguro y rotos. "Dios quiera que no tengamos un accidente con ellos", apunta la vecina afectada, quien denuncia que "nos increpan si queremos poner el coche en el parking porque no se quieren apartar". Los vecinos lamentan que cada vez que llaman a la policía, aunque actúan rápidamente y cortan la luz o el agua, la situación vuelve al mismo punto poco después. "Te vas y a la que das la vuelta y estás en la esquina, ya están igual. Cortáis la luz y por la noche ya vuelven a tener", se resignan.
Además, la preocupación con la llegada del otoño es todavía más elevada. El edificio no consta de ventanas y la mayoría de las persianas están rotas, lo que provoca que con la llegada del frío los ocupas hayan empezado a llenar los pisos de bombonas de butano para alimentar las estufas con las cuales calentarse, con el peligro que eso comporta. Por este motivo, en este sentido se ha hecho una intervención conjunta entre Policía Local, Mossos d'Esquadra y técnicos del ayuntamiento ante el miedo de los vecinos que se pueda acabar produciendo una explosión que afecte a los edificios del lado.
Maltrato animal y apuñalamientos
Los vecinos también denuncian que dentro del edificio se está produciendo maltrato animal con perros atados durante dos días sin comida ni agua y rodeados de excrementos. Lo definen como un mercado de animales, ya que no hay ninguna perra embarazada y, de sopetón, aparecen cachorros. "Viene un perro nuevo, lo tienen dos días atado y desaparece. No sabemos si se lo han comido, si lo han vendido o si lo han robado", explicó una de las vecinas afectadas en el pleno municipal.
Una pelea con dos apuñalados justo delante del edificio, a solo 200 metros de la comisaría de los Mossos del Vendrell, fue el máximo exponente de lo que tienen que vivir los vecinos cada día. "Los lleváis al hospital, se curan y vuelven otra vez", explican hartos de la situación. "Incluso ellos mismos se dan cuenta y alguno sale a la terraza pidiendo bajar la música para que no venga la policía, pero es uno de los dieciséis pisos que hay", relatan los vecinos, que lamentan que "cuando se va uno, vuelven tres que todavía son peores".
El alcalde del Vendrell denuncia una mafia detrás
Ante esta problemática, el alcalde del Vendrell, Kenneth Martínez, ha reconocido que no hay ninguna solución a corto plazo, pero que se están llevando a cabo un número importante de actuaciones para intentar reducir los efectos que sufren los vecinos. Según el alcalde, el principal problema es que existen "mafias a las cuales se tiene que perseguir y que se encargan de detectar posibles lugares donde ocupar y después lo alquilan ilegalmente o les venden como si fueran propietarios".
El alcalde considera que "el problema de fondo es que todavía hay pisos vacíos después de más de 10 o 15 años desde el crac de la construcción y las entidades financieras todavía quieren hacer negocio con estos pisos". "Mientras no haya un cambio normativo por el cual se pongan en venta o para alquiler social, los vecinos tendrán estos problemas en una calle o en otro", asegura. En este sentido, Martínez apunta que en el caso del edificio de la calle Josep Carner, una de las dificultades que se han encontrado es que hay varios propietarios, desde entidades bancarias a la Sareb pasando por empresas embargadas, cosa que hace que los trámites judiciales para acabar con el problema sean más difíciles y más lentos.