Un chico de 24 años ha ingresado en prisión acusado de matar a su padre de un tiro en el pecho en la localidad de Ogíjares, en Granada. Los hechos tuvieron lugar la noche del pasado domingo y fue el mismo hijo quien alertó a los servicios de emergencia para alertar del suceso. Según explicó, había disparado de manera accidental a su progenitor con una escopeta de aire comprimido. Cuando los sanitarios llegaron al lugar de los hechos se encontraron al hombre, de 61 años, que estaba perdiendo mucha sangre y lo trasladaron de urgencia a un centro hospitalario para que recibiera atención médica. Al cabo de unas horas, sin embargo, acabó muriendo sin que se pudiera hacer nada para salvarle la vida.

Las pruebas desmienten al hijo

Los forenses practicaron la autopsia al hombre para aclarar las causas de la muerte y descubrieron que en el interior del cadáver había una bala del calibre 22, hecho que no concordaba con el relato del hijo. También se le localizó una herida superficial en el pecho de un proyectil de aire comprimido. Agentes de la Guardia Civil se hicieron cargo de la investigación del suceso y registraron la vivienda donde vivían el padre y el hijo con el fin de recoger pruebas. En la inspección ocular, descubrieron que, además de diferentes escopetas de aire comprimido, también había un revólver del mismo calibre 22 para el cual el joven no tenía licencia y que había comprado de manera ilegal.

A raíz de eso, el joven quedó detenido como presunto autor de la muerte de su padre. Aunque en un primer momento negó que el arma del crimen fuera de fuego real, acabó reconociendo que lo había disparado con el revólver, aunque seguía insistiendo en que había estado de manera fortuita cuando estaba manipulando el arma. El arrestado ha pasado este miércoles a disposición judicial y, después de tomarle declaración, el magistrado ha decretado su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Está acusado de un posible delito de homicidio.