Arsen y Tigran se dan un beso y saltan al vacío. Los dos jóvenes, de 16 y 21 años, se quitaron la vida después de besarse por última vez y publicar la fotografía en Instagram, para, pocos segundos más tarde, tirarse desde un puente en Ereván, la capital de Armenia, hartos de insultos homófobos.

"Final feliz. Las decisiones sobre compartir las fotos y nuestras acciones futuras las tomamos conjuntamente", publicó la pareja en la red social en la que fue su última publicación. A pesar del trágico final, la homofobia continuó horas después del deceso, al viralizarse las imágenes en Instagram y Telegram. Los mensajes ofensivos y de odio llegaron a un punto en que "muchos comentarios incluso animaron a otros a hacer lo mismo", han advertido desde la principal organización LGTBI del país, Pink Armenia.

Presión social contra la comunidad gay

La pequeña república del Cáucaso meridional es el único país de la zona que mantiene unas relaciones más estrechas con Rusia, de la que conserva los vínculos políticomilitares a través de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), controlada por el Kremlin. Este hecho, más allá de ser una simple anécdota, concuerda con la represión a la comunidad LGTBI que lleva a cabo Moscú. Otro de los poderes armenios que alzan los pilares de esta autarquía homófoba es la Iglesia apostólica armenia, una forma de ortodoxia oriental, como autoridad en la sombra y en paralelo al gobierno.

La presión social contra la comunidad gay en Armenia ha sido denunciada ampliamente por el colectivo LGTBI, los cuales han explicado el estigma que supone ser homosexual en el país. De hecho, los comentarios por la muerte de Arsen y Tigran justificaban la decisión de quitarse la vida por el hecho de no ser heterosexuales. "Consideramos inaceptable justificar la muerte de personas. Los pensamientos suicidas van acompañados, normalmente, de sentimientos de culpa, miedo, autoinculpación y vergüenza por las actitudes de la sociedad referentes a la orientación sexual y la identidad de género", han aseverado desde Pink Armenia.

Homofobia en Armenia y el Cáucaso

La homofobia está muy extendida en Armenia, pero también en otros países del Cáucaso o de la esfera exsoviética. Los miembros de la comunidad LGTBI del país enfrentan discriminación, acoso e, incluso, violencia en algunos casos. Así lo aseguran la mayoría de organizaciones del colectivo, que recuerdan que buscar servicios de salud mental sigue siendo un tabú social. Tanto es así, que algunos de los amigos y familiares de Arsen y Tigran han afirmado que tras la trágica muerte se escondían problemas mentales de la pareja, por los que no habían podido recibir tratamiento o no fueron identificados a tiempo.

Cabe recordar que durante la primera década del siglo XXI el régimen de Robert Kocharián comparó la homosexualidad con la esquizofrenia, y en Ereván se contabilizaron en 2007 más de 17 asesinatos a personas LGTBI. Esta línea de pensamiento se mantuvo con la entrada en el gobierno de Serzh Sargasián. Especialmente, cuando la policía, con el apoyo de la presidencia del país, publicó en su página web una propuesta por multar con 4.000 dólares a los ciudadanos, personas jurídicas y funcionarios que promovieran "relaciones sexuales no tradicionales".

Los comentarios después de la muerte de Arsen y Tigran revelan el acoso y discriminación que soporta al colectivo en el país. Agudizado por la falta de leyes que regulen y protejan a las personas de diferentes orientaciones sexuales e identidades de género, pero que contrasta con la firma favorable de Armenia de la declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre derechos LGTBI, presentada el 18 de diciembre del 2008 a iniciativa de Francia.