El souvenir de moda ya no es un imán ni una camiseta, sino marihuana. El producto local está perdiendo fuerza ante la variedad de Tailandia, una marihuana que tiene más THC y, por lo tanto, un efecto más potente, que llega a Barcelona a través de los turistas del país asiático, que no dudan a llenar las maletas de ovillos preparados directamente por la venta y hacerla llegar en nuestra casa para venderla y sacar más beneficio. La Policía Nacional detectó en agosto del año pasado la llegada de una mujer al aeropuerto del Prat con dieciséis kilos de cogollos, la primera de muchos otros visitantes tailandeses que buscan hacer negocio en la capital catalana.

Imagen de la droga requisada en el aeropuerto del Prat
Imagen de la marihuana requisada en el aeropuerto del Prat

El nuestro es el país con mayor producción de marihuana de todo Europa, circunstancia que tendría que hacer difícil que triunfara la droga extranjera, pero la sustancia tailandesa es más fuerte que la local, y, económicamente, según han revelado fuentes de la Policía Nacional a este medio, tiene un coste bajo que permite que los traficantes obtengan beneficio, por lo que siguen enviando material a nuestra casa. La mujer que detectaron en el aeropuerto en agosto del 2024 fue el primer caso procedente de Tailandia, pero no el último: hoy día, se han arrestado ocho personas, todas ellas de origen tailandés, para llevar maletas cargadas de marihuana preparada, ya envasada al vacío y en bolsas para ser vendida. En total, en un año se han requisado 180 kilos de esta sustancia que se está haciendo un sitio en el mercado.

El Reino Unido sufre el mismo problema

Después de detectar el primer caso, el cuerpo policial registró el modus operandi en su red de datos y, al compararla con la del Reino Unido, saltó una coincidencia, y es que el país británico sufrió también una invasión de marihuana tailandesa, llegando a confiscar hasta 27 toneladas de droga el año pasado. Teniendo en cuenta los antecedentes, la Policía Nacional ha colaborado con el consulado británico para intercambiar información sobre perfiles habituales y pasajeros que implicaban un riesgo, lo cual ha facilitado detectar a algunos traficantes.

La Policía Nacional sigue presente en el aeropuerto del Prat para detectar nuevos traficantes, pero aseguran que es una tarea difícil, ya que este van variando de rutas, de destino y de perfil de delincuente, lo cual hace imposible establecer un patrón. Por ahora, de los ocho detenidos, cuatro han ingresado de forma preventiva en la prisión.