Tras tres días de desesperada operación de rescate en Afganistán, el cuerpo de Haider, el niño de seis años que llevaba desde el martes atrapado en un pozo seco del este del país, ha sido hallado muerto por los equipos de emergencias, que han conseguido llegar esta mañana al lugar en el que estaba encerrado. La tragedia se ha conocido menos de dos semanas después de la muerte de Rayan, el niño de cinco años que murió en circunstancias similares en Marruecos.

Rescatan el cuerpo sin vida de Haider, el niño afgano atrapado en un pozo

Según ha informado el portavoz adjunto de los talibanes Ahmadullah Wasiq en su cuenta de Twitter, el cuerpo de Haider, de seis años, ha sido encontrado "sin vida pese a todos los esfuerzos" conjuntos de las autoridades, los trabajadores y los ciudadanos voluntarios, que intentaban desesperadamente desde el martes llegar a la profundidad a la que había caído el niño. Wasiq, que este jueves por la noche llegaba al lugar de los hechos para revisar las labores de rescate, ha lamentado esta "enorme tragedia" que ha entristecido a toda la nación, y ha dado sus condolencias a la familia.

Haider / @Abdullah_azzam7

El cuerpo de Haider ha sido rescatado ya sin vida / @Abdullah_azzam7

Por su parte, Anas Haqqani, alto consejero del ministerio del Interior, tuiteaba que Haider "nos ha dejado para siempre" en lo que se ha convertido en un nuevo "día de duelo y tristeza para nuestro país". No fue hasta este jueves por la tarde cuando se consiguió perforar una gran roca que bloqueaba el camino y acercarse al agujero en el que el pequeño estaba atrapado tras caer en un pozo de unos 25 metros de profundidad. Así lo explicaba el portavoz del jefe de policía de la provincia de Zabul, donde ocurrió el accidente, Zabiullah Jawhar: "La gran piedra, que separaba el nuevo pozo cavado por el equipo de salvamento y aquel en el que se encuentra Haider atrapado, está ahora perforada y el equipo de rescate se ha aproximado".

Tres días de rescate contra reloj

Sin embargo, los esfuerzos no han sido suficientes y el niño no ha podido salvar la vida. Desde el martes, las autoridades del Gobierno de los talibanes, empresas de construcción y otros ciudadanos trabajaban contra reloj para intentar rescatar a Haider, pero la escasez de recursos mecánicos dificultaban la operación. Por ello, varios ciudadanos reunieron suministros para el pequeño, como agua y galletas, que le bajaron con un cable, junto a un teléfono móvil para poder hablar con su padre.

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El pequeño cayó el martes y la escasez de recursos obstaculizó el rescate / Archivo

De hecho, se difundió por redes sociales un vídeo que mostraba parte de la conversación telefónica: "Hijo por favor no llores, te envío el teléfono y agua, por favor no llores", decía el padre, mientras el pequeño Haider suplicaba que fuese él quién bajase y lo sacase del pozo. Ante la tragedia, este jueves se congregaron políticos y ciudadanos para orar conjuntamente por el niño. Sin embargo, parece que las plegarias tampoco han podido hacer nada por su vida.

La tragedia de Julen y Rayan se repite en Afganistán

Este caso se ha unido al ocurrido hace menos de dos semanas en Marruecos, donde el pequeño Rayan, de cinco años, cayó en un pozo de 30 metros de profundidad y, tras varios días de intentar rescatarlo, fue extraído ya sin vida, conmocionando a todo el país. Más cercano se encuentra el caso de Julen, el pequeño español que también cayó en un pozo de Totalán, en Málaga en 2019, que acabó igualmente en tragedia.

La mayoría de los pozos de Afganistán se construyen en áreas rurales para hacer frente a la sequía o para cultivar amapola en zonas donde no llega el agua, y normalmente no tienen tapas o cubiertas para evitar la caída de animales o personas.