Golpe duro para los vendedores de top manta del Baix Penedès (Tarragona). Los Mossos d'Esquadra han desarticulado la red criminal que se encargaba de suministrarles los productos falsos que después ellos se encargaban de vender, sobre todo por el paseo marítimo de Coma-ruga, en el Vendrell. El principio del fin de esta organización se produjo el pasado mes de enero, cuando agentes de la policía catalana vieron como un grupo de una quincena de manteros utilizaba hasta tres furgonetas aparcadas en la calle para almacenar los productos que vendían.
Tres furgonetas aparcadas, puntos de distribución
Los efectivos de los Mossos pudieron comprobar que las tres furgonetas llegaban todos los viernes a primera hora de la mañana y estaban hasta el lunes, siempre cargadas de bolsas con los productos que después se vendían en el top manta. Funcionaban como punto de distribución y estaban siempre vigiladas. Después de varias indagaciones, el pasado 7 de abril se decidió intervenir, se requisaron las tres furgonetas, en aquellos momentos aparcadas en la avenida Parlament de Catalunya y en las calles Pàndols y Ribera de Coma-ruga, y se trasladaron hasta la comisaría del Vendrell. Acto seguido, se citó a los propietarios de los vehículos a las dependencias policiales.

Con ellos delante, los agentes procedieron a la apertura de las furgonetas, encontrando 1.495 productos falsificados entre ropa deportiva, calzado, cinturones, mochilas y bolsos de conocidas marcas. Se estima que el impacto económico de esta mercancía intervenida podría superar el millón de euros en el mercado legal, mientras que los manteros habrían obtenido un beneficio de 44.000 euros vendiéndolos a un precio hasta un 96% más barato del que tendría el producto real.
La red de proveedores la formaban tres hombres
El Grupo de Delincuencia Urbana de la comisaría de los Mossos del Vendrell pudo determinar con las diversas gestiones que el entramado estaba formado por tres personas. Una de ellas, un hombre de 36 años, ejercía el rol de jefe logístico, como responsable principal del suministro de los productos falsificados. Los otros dos, de 36 y 60 años, se encargaban de la distribución y venta. El primero quedó detenido como presunto autor de un delito contra la propiedad industrial, aunque quedó en libertad horas después con la obligación de presentarse ante el juez cuando sea requerido. Los otros dos, están investigados en la misma causa. Los tres, de quienes no se ha facilitado la nacionalidad, ya habían sido denunciados o tenían antecedentes policiales por los mismos hechos.

