Uno de los momentos más dolorosos para una persona es cuando muere alguien a quien ama, más todavía si no te puedes despedir ni velar a su cuerpo. Eso es lo que le ha pasado a una familia de Egino, en Álava, que no pudo dar el último adiós a su madre porque en el tanatorio la incineraron por error antes de tiempo. Los hijos denuncian que no mostraron ninguna empatía con ellos después de los hechos y piden que un caso como este no se vuelva a producir nunca más.

Incineran por error a una mujer el día antes y sin que la familia se pudiera despedir

La mujer murió el pasado miércoles 9 de noviembre y sus hijos contrataron el tanatorio Albia de Vitoria para los servicios funerarios. Acordaron su incineración para el viernes siguiente en las 12.30 del mediodía, después de hacer un velatorio corto de una hora. No obstante, el jueves por la noche recibieron una llamada del tanatorio diciendo que había habido un error y que en aquel momento estaban quemando el cadáver de su madre. La familia se quedó en shock y uno de los hijos tuvo que ser ingresado en un centro hospitalario con un ataque de ansiedad.

Desde el tanatorio los ofrecieron para compensar un servicio gratuito de despido, pero no lo aceptaron. Denuncian que no tuvieron nada de empatía hacia ellos y les explicaron que ya habían tenido algún otro contratiempo con el trabajador que cometió el error. No entienden como con estos antecedentes todavía seguía trabajando allí. Se muestran indignados de cómo la empresa ha reaccionado a este grave error, tratándolo "como si en un restaurante se equivocan y te traen pescado en lugar de la carne que has pedido".

Al día siguiente, cuando se tenía que haber hecho el velatorio, nadie se pudo despedir de la mujer. El responsable del tanatorio les volvió a pedir disculpas y les entregó las cenizas, aunque la familia duda de que sean las suyas después de todo lo que ha pasado. Les comentaron que el error había sido que en lugar de poner la incineración en las 12.30 del mediodía la habían apuntado en las 00.30 de la noche.

Los hijos tienen que tomar pastillas para poder dormir, ya que no dejan de pensar en todo lo que han tenido que vivir, en cómo pudo llegar a pasar y en la tristeza que les genera no haber podido despedir a su madre. Están estudiando emprender acciones legales contra el tanatorio, aunque explican que no les interesa el dinero, sino que una cosa como esta no se vuelva a producir nunca más. En este sentido, han recordado que no es una cosa puntual y justo la semana anterior habían visto cómo una familia había tenido que velar a una persona equivocada en Madrid.