Ya hace casi diez días que José de Arcos Ballesteros, vecino de Sant Vicenç de Castellet, desapareció durante una excursión en la localidad francesa de Lourdes. El hombre, de 74 años y con principios de Alzheimer, formaba parte de la peña blaugrana del municipio que decidió hacer una escapada durante el fin de semana al santuario, cuando salió un momento a la farmacia y ya no supo volver. Sus compañeros avisaron a la policía francesa, pero estos tardaron dos días en empezar a buscarlo, porque pensaban que se trataba de una desaparición voluntaria, y hasta cinco días después de denunciar su desaparición, no activaron ninguna batida terrestre. Ahora, unos 35 vecinos de Sant Vicenç de Castellet se han desplazado a Francia en calidad de voluntarios para intentar localizarlo.
El alcalde de la localidad, Dani Mauriz, viajó hasta Lourdes el pasado viernes para dar apoyo a la familia. Después de reunirse con su homónimo de este municipio francés, Mauriz aseguró que la búsqueda continuará, pero no podían asegurar todos los recursos de los cuerpos policiales para este dispositivo. Por otra parte, pidió a los voluntarios catalanes que solo participaran en el dispositivo si tenían un mínimo de formación o experiencia en actividades de montaña, ya que el terreno de la zona donde buscan a José es muy boscosa, y la búsqueda se alargará seis horas al día.
Se desorientó al separarse del grupo
Hacia las once y media de la mañana del pasado 15 de julio, José avisó a sus compañeros de que salía un segundo a la farmacia. Como tardaba en volver, algunos del grupo lo empezaron a llamar al móvil. En un principio, José contestó, e intentó dar indicaciones de dónde se encontraba, pero las descripciones que daba empezaban a ser cada vez más confusas, hasta que se le acabó la batería y ya no pudieron comunicarse más con él. Los compañeros alertaron inmediatamente a la policía francesa, pero no les hicieron caso al asegurar que era normal que la gente se pierda en Lourdes.
A la familia, por otra parte, le dijeron que no podían buscarlo hasta que no denunciaran su desaparición a los Mossos d'Esquadra. Con todo, pasaron dos días hasta que activaron una búsqueda con la unidad canina y un helicóptero sin cámara térmica, y tuvieron que pasar tres más hasta que se reforzó el dispositivo con una batida terrestre. Los hijos de José, junto con sus parejas, llegaron a Lourdes el mismo día de su desaparición, y han asegurado que no piensan volver a casa sin él.