El Juzgado de Menores número 2 de Alicante ha dictado sentencia sobre el menor que asesinó a sus padres y a su hermano pequeño el febrero pasado en Elche. La pena impuesta es de seis años de internamiento en régimen cerrado y tres años más de libertad vigilada. Esta condena es la máxima posible solicitada por la Fiscalía de Menores, ya que el joven tenía 15 años en el momento de los hechos. Si hubiera tenido 16, que cumplió el mes siguiente, la condena podría haber subido hasta diez años.
La vista oral, celebrada en agosto, transcurrió de manera rápida, ya que el menor admitió los hechos de los cuales se le acusaba y sostuvo que mató a su familia después de haber sido castigado por haber sacado malas notas, como ya había confesado en el momento de ser detenido.
Los familiares de los padres estaban en la vista como parte de la acusación, y pidieron un acuerdo de declaración de indignidad para impedir que el menor pudiera heredar los bienes de sus padres. La magistrada del caso, sin embargo, desestimó la petición alegando que no se había llevado a cabo por la vía penal; con la condena actual hay suficiente para que se acuerde en la vía civil la declaración de indignidad del joven, según fuentes judiciales.
El joven era plenamente consciente de sus actos
Especialistas en psiquiatría y psicología clínica del Instituto de Medicina Legal de Valencia entrevistaron al adolescente y determinaron que no sufría ningún trastorno mental. "Estaba enfadado y se me fue la cabeza", declaró el joven. La madre le castigó sin televisión ni ordenador después de que el chico le dijera que había vuelto a suspender las asignaturas de Lengua y Matemáticas. El joven cogió la escopeta de caza de su abuelo y mató a la madre. Acto seguido disparó también a su hermano, de 10 años, que había acudido al escuchar los disparos.
El joven ocultó los cuerpos en un trastero, esperó a que su padre volviera a casa, y le disparó nada más abrir la puerta. Después de esconder los cuerpos y limpiar la escena del crimen, pasó tres días jugando a videojuegos, hasta que unas tías suyas se presentaron en el domicilio. El mismo joven les confesó lo ocurrido y fue detenido por la Policía.
El menor fue internado en un centro de la provincia de Valencia, donde podría continuar hasta que cumpla 21 años, o hasta el final de la pena, de acuerdo con fuentes judiciales. Tampoco se descarta su traslado a un centro penitenciario si no responde a los objetivos de reeducación marcados, a condición de que haya cumplido la mayoría de edad. Después de haber cumplido la pena quedará libre sin antecedentes penales.