Más de 650 jilgueros, verderones, pardillos y pinzones comunes han sido liberados por los Agentes Rurales después de haber sido secuestrados por cazadores furtivos, encarcelados en pequeñas jaulas y drogados para incentivar el canto y obligarlos a participar en concursos de canto. Los pájaros han sido localizados en un local clandestino de Barcelona que hacía tiempos que se dedicaba en venta ilegal de aves, la mayoría de especies protegidas, cuyo valor podía subir a los 33.000 euros en el mercado negro.
Los furtivos secuestraban pájaros preferentemente jóvenes, nacidos durante la primavera-verano, pero los forzaban a hacer la muda post-juvenil dejándolos a oscuras durante mucho tiempo, tapando las jaulas con mantas, con el objetivo de poder venderlos antes y poder obtener un mayor beneficio económico. Los delincuentes los marcaban con anillas, como las que utilizan los criadores legales, para hacer ver que habían nacido en cautividad en vez de cazados clandestinamente en el medio natural.
Además, las aves habían sido drogados con varias sustancias de dopaje, como testosterona, y estimulantes, como cafeína, con las cuales pretendían potenciar su canto para poder utilizarlos ilegalmente en concursos, así como para hacer que entraran en celo más rápidamente. Estas drogas, así como la manera de suministrarlas (por vía intramuscular, subcutánea u oral) ponía en grave riesgo la salud y la vida de los animales. Para intentar contrarrestar estos efectos secundarios nocivos, les hacían tomar varios antibióticos, antiparasitarios y vitaminas, todo sin prescripción médica y, en muchos casos, haciendo más mal que bien, ya que los pájaros podían sufrir intoxicaciones por la mezcla de medicamentos y dopaje. En estas circunstancias, huelga decir que las instalaciones donde tenían retenidas las aves no estaba inscrito en el Registro de núcleos zoológicos y concentraban más animales del aconsejable en un espacio de pequeñas dimensiones, lo cual también favorece el riesgo de transmisión de enfermedades.
Capturados con medios ilegales
Durante el registro del establecimiento, los Agentes Rurales encontraron 78 herramientas prohibidas de captura de pájaros, como las infames redes japonesas -prácticamente invisibles en el medio natural, con una especie de bolsillo que recoge y atrapa a los pájaros que chocan-, redes abatibles y cruces.
Los pájaros vuelven a volar en libertad
Los 659 pájaros rescatados, después de pasar por un Centro de Recuperación de la Fauna del Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, han sido puestos en libertad, y vuelven a sobrevolar la demarcación de Barcelona después de varios meses enjaulados, después de asegurarse de que tenían las condiciones físicas necesarias para poder sobrevivir en el medio natural.
Los Agentes Rurales han desmantelado este local clandestino después de varios meses de investigación en la que han intervenido efectivos del Área Regional de Barcelona, del Grupo Especial de Venenos y Antifurtivismo (GEVA); del Grupo de Soporte de Fauna y Flora (GSFF) y del Grupo Especial de colaboración con la Justicia (GECAJ) del Cuerpo de Agentes Rurales.