El pasado 25 de agosto, en plena ola de calor, un hombre de 82 años apareció muy desorientado atado en un árbol en el Parque Natural de Montserrat, en Collbató (Barcelona). El hombre hablaba portugués y explicó, en un primer momento, al turista que lo encontró y a la policía local de este municipio del Baix Llobregat, que lo habían secuestrado en el Algarve, en Portugal, y que hacía 24 horas que estaba en ruta en un coche, hasta que lo habían abandonado sus secuestradores junto a Montserrat. La aparición de este hombre inició una investigación que ha liderado el Área de Investigación Criminal (AIC) de la región metropolitana Sur de los Mossos d'Esquadra y que ha permitido detener un grupo de hombres de nacionalidad brasileña que se dedicaban a secuestrar empresarios con un alto poder adquisitivo para poder extorsionarlos y vaciarles parte de las cuentas. Se han podido detener nueve personas y se han confiscado armas de fuego reales y simuladas.

En un primer momento, la investigación, que se ha bautizado como caso Luso, se inició como robo y detención ilegal, hecho que hizo que la asumiera, en este inicio en el mes de agosto, la unidad de investigación de Metro Sur y no los especialistas en secuestros de los Mossos d'Esquadra. Cuando avanzada la investigación el caso se tipificó como secuestro, ya no se cambió de unidad de investigación, ya que ya estaba muy adelantada.

Un secuestro que empieza en Portugal y termina en Montserrat

El empresario, el hombre de 82 años, vinculado al mundo de la noche y a los negocios inmobiliarios en Portugal, muy conocido a la zona del Algarve, fue interceptado por los secuestradores el 24 de agosto cuando llegaba a una propiedad inmobiliaria que tenía en venta y tenía que mostrar a unos posibles compradores, en la zona de Almancil. La víctima fue abordada por varios hombres que accedieron a su vehículo, lo golpearon, amenazaron con armas de fuego y ataron. Durante casi 24 horas hicieron 1.200 kilómetros, haciendo ruta por Portugal, entrando en España y acabando en Montserrat.

Mientras lo tenían retenido, los secuestradores, mediante violencia y amenazándolo a punta de pistola, obtuvieron las llaves bancarias de la víctima y realizaron numerosas transferencias bancarias desde su cuenta corriente en otras cuentas de los secuestradores en entidades bancarias ubicadas en Francia y en Lituania. Según consta en el atestado, los secuestradores le llegaron a robar 100.000 euros. Lo intentaron con más dinero, pero las medidas de seguridad de las entidades bancarias impidieron que los ladrones pudieran hacerse con más dinero. Cuando lo abandonaron, aprovecharon sus tarjetas para sacar dinero y comprar aparatos electrónicos en el centro de Barcelona, antes de escapar.

El secuestro de este empresario hizo encender las alarmas en Portugal. La familia, y concretamente su hijo, pusieron los hechos en conocimiento de la policía portuguesa. La víctima explicó a los Mossos que lo habían secuestrado en Portugal y la policía catalana, a través de la Europol, iniciaron los contactos entre las dos policías para intentar aclarar los hechos.

Otro secuestro

El secuestro del empresario de la noche funcionó en esta banda de delincuentes brasileños y lo volvieron a probar, pero cometieron dos errores. El pasado 11 de diciembre los secuestradores, que ya estaban bajo la lupa de los Mossos, la Policía Nacional y también de la policía portuguesa, intentaron secuestrar a una empresaria en Setúbal. Un coche con tres de los hombres le cerraron el paso y la intentaron meter en el coche, amenazándola con un arma de fuego. La cogieron e intentaron hacerla entrar por la fuerza al asiento posterior del vehículo. Alertado por los gritos, su pareja salió y forcejeó con los secuestradores, los cuales finalmente desistieron del secuestro, pero huyeron con el vehículo de la víctima.

La geolocalización del vehículo de la mujer, que los ladrones se habían llevado, fue clave para poder localizarlos en Torremolinos, donde fueron arrestados por la Policía Nacional española. Se pudieron detener cinco miembros de la banda, dos de los cuales también estaban relacionados con el secuestro que acabó en Montserrat.

Secuestros importados del Brasil

Este modus operandi es habitual en zonas de Sudamérica y, concretamente, del Brasil, donde grupos armados hacen secuestros exprés para hacerse con dinero de empresarios y, si no acceden, son ejecutados, como una amenaza a los otros potenciales secuestrados del peligro de estas bandas. Reformulado en Europa, la banda desarticulada por los Mossos d'Esquadra, hacían el mismo tipo de secuestros internacionales de empresarios portugueses. Ahora mimso, solo les pueden imputar el del hombre de 82 años y el frustrado de la mujer de Setúbal.

Gracias a la declaración de las víctimas, los investigadores obtuvieron información sobre cómo estaba conformado el grupo responsable del secuestro. Tres personas eran las encargadas de materializar el secuestro, mientras que los otros se encargaban del entramado bancario para mover el dinero que consiguieron sustraer a la víctima localizada atada en un árbol en Collbató. Además de los detenidos en Torremolinos, los Mossos también han detenido a otras personas relacionadas con el primer secuestro en Alicante, Málaga y Murcia. A todos los arrestados se les atribuyen los delitos de secuestro, robo con violencia y pertenencia a grupo criminal.