La presencia de Sandra Bermejo en el Cabo de Peñas la tarde de su desaparición fue totalmente improvisada. De hecho, no tenía que estar allí aquel día, ya que tenía otras cosas planeadas. La psicóloga había programado para aquellas horas dos consultas a través de videollamadas, pero los dos pacientes decidieron anularlas poco antes. Se desconoce los motivos de estas cancelaciones, pero hicieron que Sandra Bermejo tuviera unas horas libres que no tenía previsto.
La familia cree que en este tiempo libre con el cual no contaba aprovechó para ir al Cabo de Peñas en lugar de quedarse cerrada a casa. Era una zona a la cual iba habitualmente a pasear entre la naturaleza y que conocía muy bien la ruta y los caminos. Se encuentra a solo 25 kilómetros de su casa y en coche no se tarda mucho rato. Por la noche había quedado con una amiga para ir al teatro, pero ya no se presentó.
La posibilidad del secuestro gana fuerza entre los familiares y los investigadores
Después de dos semanas de la desaparición, la hipótesis que fuera voluntaria o que sufriera un accidente en la zona va perdiendo fuerza. Cada vez está ganando más peso entre la familia y los investigadores el hecho de que pudiera haber sido secuestrada o haya una tercera persona implicada. Se está investigando si habría subido al coche de otra persona en el aparcamiento del Cabo de Peñas. Se han pedido fotografías a la gente que estuviera por la zona entre las 13.00 y las 18.30 horas el día de la desaparición por si aparecen personas o coches sospechosos.
Desde el entorno próximo a Sandra Bermejo aseguran que en estos momentos todo el mundo es sospechoso y no se atreven a descartar a nadie. En el momento de su desaparición, había dejado la nevera llena de alimentos y una lavadora preparada para poner. Su coche fue encontrado perfectamente estacionado y con sus pertenencias en su interior, solo se llevó las llaves del vehículo y su teléfono móvil. Los investigadores no descartan ninguna hipótesis.