Macabro cumpleaños y tiroteo en Texas. Un chico de 18 años que acababa de cumplir esta edad, que muchas veces separa la edad de menor de la edad adulta, ha matado esta madrugada a al menos diecinueve niños y dos profesores en un colegio de primaria en la localidad de Uvalde, en los Estados Unidos. La policía ha podido abatir al tirador. El Departamento de Seguridad Pública de Texas ha confirmado la trágica cifra: 19 niños y dos adultos, profesores del centro, perdieron la vida al tiroteo en el centro Robb Elementary School d'Uvalde. Antes del tiroteo, el joven disparó contra su abuela, a su casa.

Según las primeras informaciones policiales, el pistolero, Salvador Ramos, de 18 años, entró con una pistola, y posiblemente con un rifle, hacia las 11.37 hora local (16.37 hora GMT) en el colegio de Uvalde. El joven, residente en Uvalde, dejó su vehículo fuera de la escuela y ya dentro "disparó y mató de manera horrible e incomprensiblemente a diecinueve estudiantes y un profesor", de acuerdo con un primer recuento de víctimas. El centro sanitario Uvalde Memorial Hospital apuntó en un comunicado en Facebook que hay trece heridos que fueron trasladados en sus instalaciones en ambulancias o autobuses, mientras que dos de las víctimas mortales ya habían muerto al llegar al hospital.

El plan de Salvador Ramos

Ramos era norteamericano y estudiante del instituto de secundaria de Uvalde, donde residía. Según datos del diario The New York Times, el centro donde el pistolero entró y causó el pánico, el 90% de los alumnos son latinos. Por su parte, el jefe de Policía del Distrito Escolar de Uvalde, Pete Arredondo, ha indicado en otra rueda de prensa que en este punto de la investigación creen que el agresor actuó sol en este crimen "atroz".

Las primeras informaciones recogidas por los investigadores apuntan que el joven tenía preparado el ataque; este fin de semana publicó fotografías de armas en su cuenta de Instagram. Ramos ya había tenido problemas en la escuela donde ha perpetrado el macabro tiroteo, donde fue víctima de acoso.

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Imagen de la escuela donde se ha producido el tiroteo / EFE

Después de disparar contra su abuela a su casa, el joven cogió su coche, con la cara cubierta con una capucha y vestido completamente de negro, y se dirigió a su antigua escuela, aparcó el coche delante y bajó, con el arma larga en la mano. Empezó a disparar de manera indiscriminada, dejando, como mínimo, a diecinueve niños menores de edad muertos. La policía ha podido neutralizarlo y abatirlo.

Biden, contra el lobby de las armas

Horas después del tiroteo, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden se ha pronunciado sobre los hechos: "Cuando me convertí en presidente, esperaba no tener que pasar por eso otra vez" ha reflexionado, expresando su luto y su pena por el ataque en qué han muerto, como mínimo, 19 niños. El presidente ha aprovechado para lanzar un mensaje claro reclamante más controles sobre las ventas y el uso de armas de fuego, criticando la presión de la industria: "Los fabricantes de armas se han pasado décadas comercializando agresivamente las armas de asalto, son las que más beneficios se los reportan", ha denunciado antes de añadir: "Por el amor de Dios, cuándo nos enfrentaremos al lobby de las armas"?.

El último tiroteo

En el último tiroteo en los EE.UU. murieron dos menores y nueve personas resultaron heridas en una fiesta celebrada en un domicilio a Pittsburgh (Pensilvania, EE.UU.), informó la policía local en un comunicado. El tiroteo empezó después de registrarse un disturbio en la fiesta, a la cual fueron unas 200 personas, la gran mayoría menores de edad. Según la Policía de Pittsburgh, 11 personas fueron trasladadas al hospital, donde dos menores de sexo masculino murieron por heridas de bala. Las autoridades calculan que en el tiroteo se registraron unos 50 tiros en el interior de la casa, lo que provocó que varios asistentes en la fiesta saltaran por las ventanas y se hicieran lesiones, como rupturas de huesos.