No había ningún grupo político tras de los sabotajes de las torres de telefonía que durante todo el verano han llevado de cabeza a los Mossos d'Esquadra y a muchos vecinos del Gironès, del Alt Empordà, del Bages y del Maresme. Todo era mucho más prosaico -y más peligroso- de lo que, en un primer momento, se imaginaron los Mossos d'Esquadra. La Comisaría General de Información (CGINF) inició una investigación después de detectar varios sabotajes en estas infraestructuras.
El objetivo de la investigación era aclarar quién estaba detrás y quién se tomaba tantas molestias para dejar sin servicio torres de telefonía, un hecho que, al mismo tiempo, dejaba sin servicio telefonía móvil, internet y alarmas. Y fue así que pudieron llegar al cabo de la calle. No se trataba de un sabotaje político, tras de estos desperfectos había un grupo criminal organizado, muy originarios de sudamericano y residentes en el área metropolitana, que se habían especializado en este modus operandi para poder asaltar empresas sin que las alarmas saltaran.
El 16 de octubre, después de poder identificarlos y ubicar en varios pisos, y después de recibir la autorización judicial, se hicieron entradas y cacheos en Blanes (Selva) y Llinars del Vallès (Vallès Oriental). Los agentes de los Mossos decomisaron inhibidores de frecuencia, sistemas de seguimiento y otros utensilios para cometer los robos, hecho que ha permitido a los investigadores, según el subinspector Carles Martínez, jefe del Área de Investigación Criminal (AIC) de Girona, confirmar el alto grado de especialización que tenían los ladrones que se dedicaban a sabotear torres de comunicaciones para después tener vía libre para acceder a empresas y llevarse todo el que podían.
Saboteaban torres de telefonía para inhabilitar las alarmas
Los detenidos, un hombre de 23 años y dos mujeres de 23 años y 31 años, cortaban con radiales todo el cableado para inhabilitar la señal y provocaban problemas en la recepción de emisoras de radio y televisión y también de internet. Así, estropeaban la cobertura de telefonía móvil e inhibían las señales de las alarmas de las empresas donde el grupo quería actuar. Los ladrones inspeccionaban la zona previamente, escogían minuciosamente las vías de acceso y de salida, provocaban cortes de suministro a las empresas, utilizaban inhibidores de frecuencia y se aseguraban que no se activaran las alarmas.
Además, tenían sistemas electrónicos de seguimiento para monitorear los movimientos de las víctimas. Los tres detenidos, y tres personas más, tres hombres, que están identificados, pero no se han podido todavía detener, participaron, según los Mossos, como mínimo en ocho robos con fuerza después de haber saboteado las torres de telefonía.
Dos de los ladrones, en la prisión
Los detenidos pasaron a disposición judicial el día 19 de octubre ante el juzgado de instrucción de Figueres por los robos con fuerza y el día 20 de octubre ante el juzgado de instrucción de Olot por los daños en las torres de telecomunicaciones; dos de ellos ingresaron en la prisión. La investigación continúa abierta con el objetivo de detener los tres que faltan y también relacionar a los detenidos con más robos.