La Policía Nacional ha detenido a once personas acusadas de haber robado masivamente prendas de ropa de Lefties y Zara que debían llegar a centros comerciales del País Valencià y que unos espabilados distraían en un almacén de Alicante y acababan vendidas en mercados ambulantes en diversos puntos de la zona. Según las informaciones de los investigadores, un hombre de nacionalidad española, que tenía una empresa subcontratada por estas marcas, había organizado una trama para quedarse con la ropa cuando llegaba a su almacén y después la vendía a responsables de mercadillos de Alicante y Murcia, que la vendían a clientes finales por debajo del precio de mercado.
La investigación comenzó después de que los servicios jurídicos de Inditex denunciaran la desaparición de casi 84.000 prendas de ropa. A través de un extrabajador de la empresa de transporte encargada de distribuir la mercancía, los agentes descubrieron que la ropa era sustraída en un almacén industrial situado en Bacarot, en Alicante, desde donde se manipulaban las cajas para ponerlas en circulación en el mercado negro y en mercadillos ambulantes. Aquí fue donde se detuvo al principal investigado, un hombre de nacionalidad española, que es el propietario de la empresa que debía hacer llegar esta ropa a centros comerciales de la zona.
La ropa se distraía en un almacén y acababa en mercadillos
Los trabajadores de la empresa de transportes, de nacionalidad española, ecuatoriana y colombiana, aprovechaban para sustraer ropa de manera sistemática. Después de alterar los paquetes, las prendas sustraídas eran vendidas clandestinamente en mercadillos de las localidades de Alicante, San Juan y Elche a un precio muy inferior al de venta en tienda. Según los investigadores, estas prendas estaban etiquetadas con las etiquetas originales de la marca y se trataba de ropa nueva, comercializada en los establecimientos oficiales, pero que nunca había llegado a las tiendas debido a la manipulación de la empresa de transporte, que "distraía" las cajas.
La investigación policial permitió identificar que las prendas vendidas en estos mercados coincidían exactamente con las que habían desaparecido. La policía española ha podido recuperar más de 1.800 prendas de ropa en un almacén de la localidad valenciana de Sueca, donde se sospecha que la ropa era almacenada antes de ser distribuida a los mercados. En este almacén, el paso previo para acabar en los mercadillos, se ha detenido a un hombre por receptación, por comprar material, sabiendo que había sido robado.
Al mismo tiempo, aparte de los trabajadores de la empresa, también se ha detenido a tres responsables de puestos de los mercadillos, dos hombres y una mujer, los tres de etnia gitana y nacionalidad española. Según la investigación, la mercancía sustraída estaba formada por ropa de temporada, que incluía una amplia variedad de prendas como camisetas, pantalones, ropa interior, chaquetas y complementos de estas dos marcas, Lefties y Zara. La ropa vendida en los mercados se podía adquirir por un precio muy inferior al de venta en las tiendas, lo que confirmaba que las prendas habían salido del circuito legal de distribución.
Más de un millón de euros de pérdidas
Los detenidos, siete por delitos de apropiación indebida y hurto continuado, y cuatro más por receptación, quedaron todos en libertad. Sólo el líder de la organización fue entregado al juez de guardia que ha llevado el caso, que también lo dejó en libertad. Se cree que hay más personas relacionadas con el caso y la investigación no se da por cerrada. Esta operación ha permitido desmantelar una red criminal que aprovechaba su posición dentro de la estructura logística de una conocida cadena de moda, Inditex, para lucrarse a costa de la marca y perjudicar gravemente a los comercios de las zonas de Alicante y Murcia. Se calcula que el perjuicio económico para la empresa superaría el 1.000.000 de euros, ahora difíciles de recuperar, ya que la ropa ya está colocada y mucha ya se ha vendido a clientes en mercadillos de la zona.