Un ladrón de coches de solo 22 años cayó en manos de la policía catalana este lunes mientras ponía gasolina en un Maserati que había sustraído hacía pocos días en Francia. El joven podría haberse salido con la suya, si no hubiera sido por el repentino nerviosismo que lo dominó cuándo vio a una patrulla de los Mossos d'Esquadra en la misma estación de servicio de la AP-7, ya dentro del término municipal de Sant Jaume dels Domenys, en la comarca del Baix Penedès (Tarragona), donde se había detenido a llenar el depósito.

Era en torno a las siete de la mañana cuando una patrulla de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la comisaría de El Vendrell se fijó en un chico que, visiblemente inquieto, intentaba poner gasolina lo más rápido posible, evitando mirarles a los ojos y en actitud de querer marcharse del lugar cuanto antes. Eso les llamó la atención y decidieron interrogarlo sobre a dónde iba y de dónde venía, además de pedirle los papeles del coche de alta gama que conducía. El sospechoso no pudo responder de manera coherente sobre la titularidad del vehículo, por lo que los agentes hicieron las comprobaciones pertinentes que revelaron que la matrícula no correspondía con el Maserati en cuestión. Además, después de una inspección más detallada del interior, encontraron cuatro placas más pertenecientes a dos coches también de alta gama. 

Había robado el coche en Francia

Las pesquisas posteriores determinaron que el Maserati había sido robado en Francia unos días antes. Por eso, el chico fue detenido, acusado de un delito de robo y hurto de uso de vehículo y de otro de falsificación de documento público. El supuesto ladrón fue trasladado a comisaría para ser interrogado y, posteriormente, lo dejaron a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de El Vendrell.