La Guardia Urbana de Barcelona ha precintado un local, de un antiguo restaurante, de la calle del Comte Borrell, en el Eixample, que se estaba utilizando como una clínica dental ilegal, sin licencia. Los hechos se descubrieron por el aviso de un ciudadano, alertando había un incendio en el local. Cuando los agentes de la policía de la ciudad llegaron comprobaron que no solamente no había incendio, tampoco restaurante. Los agentes, sin embargo, descubrieron que en el interior del local lo que tenía pinta de ser un establecimiento sanitario sin ningún tipo de licencia y con deficiencias administrativas e higiénico-sanitarias regentado por dos personas de nacionalidad china.
Los agentes iniciaron una inspección de oficio del local, en ser de pública concurrencia y en tener las sospechas que se estaba desarrollando una actividad clandestina que, además, podía ser muy peligrosa. Los policías encontraron material compatible con una actividad relacionada con la odontología presuntamente encubierta. En la buhardilla había literas con luces y calefactores que podían servir para hacer intervenciones bucodentales. Para evitar ser pillados, la Guardia Urbana de Barcelona también encontró un sistema de alerta que activaba un aviso en el antiguo restaurante en caso de emergencia.
Joyas de metales nobles para hacer empastes
Los agentes también encontraron una habitación donde se guardaban medicamentos de uso odontológico importados desde China y joyas|gozos de metales nobles, presumiblemente utilizadas para su fundición y posterior aplicación en empastes y prótesis dentales. Para hacer moldes de piezas dentales, los responsables de esta clínica clandestina tenían sacos de yeso.
Sin licencia ni medidas de seguridad sanitarias
El responsable del local de restauración era la persona que llevaba a cabo la actividad odontológica de esta clínica ilegal y lo hacía, tal como comprobaron los policías, sin la titulación correspondiente, un hecho que supone un riesgo grave para la salud de las personas. Además, el local y el material localizado no reunía las condiciones requeridas por una actividad médica o quirúrgica y tampoco se podía garantizar la correcta desinfección antiséptica. El responsable y su ayudante quedaron imputados por un presunto delito contra la salud pública y también por infracciones administrativas en temas laborales.