Este lunes, la Guàrdia Urbana de Barcelona fue requerida en el barrio del Besòs i el Maresme, en el distrito de Sant Martí, para recoger a un poni que alguien había dejado atado a una farola, en medio de la calle. Cuando llegaron, se encontraron con un hombre que aseguró que el animal era suyo y que lo había comprado para regalárselo a un familiar. A pesar de su relato, que parecía convincente, no tenía ninguna documentación que pudiera acreditar su versión, por lo que los agentes se llevaron el poni con ellos.

El hallazgo y posterior decomiso del poni se hizo este lunes, 29 de julio, hacia el mediodía, en una zona junto al río Besòs. Desde allí, el poni -que no se sabe de dónde salió ni las condiciones en las que lo tuvo la persona que aseguraba que era suyo- fue trasladado a un centro de recuperación animal para garantizar su bienestar y recuperación.

El OPAB se ha hecho cargo del poni

La Oficina de Protección de los Animales de Barcelona (OPAB) se ha hecho cargo del poni que se encargará de su manutención y cuidados en general hasta que no se pueda aclarar quién es su propietario legítimo. La Guàrdia Urbana ha informado de todo el incidente en una publicación en redes sociales, dejando también claro que el poni ya se encuentra en buenas manos y está recibiendo la asistencia y la atención que necesita, en compañía de otros animales como caballos y asnos que también viven en el centro de recuperación en el que se encuentra.