Nuevo caso de maltrato animal en Catalunya, en esta ocasión en el municipio de la Sentiu de Sió, en la Noguera (Lleida). Todo salió a la luz el pasado miércoles cuando los Mossos d'Esquadra descubrieron que en las puertas de una explotación ganadera había el cadáver de un équido. A raíz del hallazgo, los agentes de la Unidad Regional de Medio Ambiente (URMA) de la policía catalana decidieron hacer una inspección ocular en las instalaciones y descubrieron que se encontraban en un estado lamentable y que presentaban un nivel de insalubridad muy elevado.

Durante la inspección, los Mossos pudieron localizar dentro de la finca dos perros, de raza podenca, en unas condiciones sanitarias nefastas, en estado famélico y que a duras penas podían caminar. Estaban atados a una cadena que, como mucho, hacía un metro y medio de longitud y no tenían acceso a comida o agua para hidratarse. Además, también se pudo constatar que los dos animales no disponían de ningún tipo de asistencia veterinaria. Por este motivo, los Mossos denunciaron al propietario por maltrato animal, mientras que los perros fueron entregados al Ayuntamiento de la Sentiu de Sió a fin de que fuera una perrera autorizada quien se hiciera cargo de los animales.

Los maltratos animales, cada vez más habituales

El de la Sentiu de Sió no es el único caso de maltrato animal que ha habido en Catalunya en los últimos días. En una finca de Tortosa, agentes del Seprona de la Guardia Civil rescataron a un perro abandonado atado a un árbol, rodeado de sus excrementos y sin comida, solo con acceso a un cuenco de agua sucia. El animal, que tenía problemas de movilidad y a quien le habían recortado las orejas, no disponía de microchip, pero pudieron identificar al propietario, un vecino de Tortosa, y lo denunciaron. En Barcelona, la Guardia Urbana rescató a dos perros que malvivían en un patio lleno de excrementos con signos evidente de desnutrición y una falta grave de higiene. Los animales dormían en un colchón precario, no disponían comida, solo tenían un cubo con agua sucia, a duras penas se podían mover, estaban enfermos y hacía tres años que no iban a un veterinario.