Gracias al trabajo conjunto de la Guàrdia Urbana de Barcelona y de la Guardia Civil, dos mujeres colombianas que fueron captadas en su país por una red criminal y traídas a nuestra casa han podido ser liberadas de un local de masajes del Raval que operaba como prostíbulo. Tres de los proxenetas fueron detenidos el pasado 22 de noviembre, acusados de un delito de tráfico de seres humanos con finalidad de explotación sexual.
Los delincuentes, que tenían su base de operaciones en Colombia, se dedicaban a captar mujeres en situación vulnerable tanto social como económicamente, y, con la promesa de procurarles trabajo en Barcelona como masajistas, las sacaban del país latinoamericano. Una vez llegaban a la Ciudad Condal, sin embargo, las encerraban en el local de masajes y las obligaban a prostituirse para saldar una supuesta deuda que habían adquirido en concepto del viaje transatlántico que les habían facilitado desde la organización.
Obligadas a vivir en el local de masaje y a estar disponibles las 24 horas del día
Las víctimas vivían en condiciones deplorables: las obligaban a dormir en el local de masajes, el mismo sitio donde tenían que estar disponibles las 24 horas del día para prestar servicios sexuales en contra de su voluntad. Además, la mafia se quedaba con el 70% del dinero que recibían las mujeres, lucrándose a costa de su situación vulnerable y asegurando que dependieran de ellos económicamente.
Desde el pasado mes de agosto que la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil y el Grupo de Tráfico y Explotación de Personas de la Guàrdia Urbana de Barcelona tenían en el punto de mira este grupo. En la primera fase de la operación, los policías llevaron a cabo tres entradas y registros en diferentes inmuebles del Raval, donde encontraron 35.885 euros en efectivo y varios documentos que acreditaban sus actividades ilegales. Entre estos papeles apareció un listado de servicios, anotaciones de pagos y comunicaciones relacionadas con la captación de las víctimas en Colombia.
Todas estas pruebas fueron determinantes para poder detener a los tres supuestos proxenetas el pasado 22 de noviembre y para liberar a las dos mujeres, retenidas en el local por la fuerza. Las dos recibieron el apoyo de los servicios municipales especializados en delitos sexuales, que han puesto en marcha un protocolo de asistencia integral para su recuperación y reintegración en la sociedad. De momento, la investigación continúa en marcha por poder determinar la extensión de la red criminal y no se descarta hacer más detenciones.