Cada vez se van implantando nuevas formas con el fin de acabar con los accidentes en las carreteras, o como mínimo reducirlos tanto como sea posible. En este sentido, desde el Servei Català de Trànsit están impulsando la implantación de los "radares del futuro", que harán que los radares fijos que hay actualmente sean cada vez sean más residuales. El objetivo es que en 2030 haya menos de 90 muertos anuales en las carretas catalanas. En este sentido, incluso, se está estudiando la implantación de la inteligencia artificial, según ha detallado el director del SCT, Ramon Lamiel.

Los radares fijos, condenados a desaparecer

Desde el Servei Català de Trànsit se quiere apostar por una estrategia de radares dinámicos y que hará que los radares fijos queden cada vez más relegados. De hecho, desde hace unos años ya se está dando prioridad a los radares por tramo y el objetivo es mantener esta línea. Según detalla Lamiel, cada vez la siniestralidad es más dispersa y hay menos puntos de acumulación de accidentes.

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Los radares fijos serán cada vez más residuales. / Archivo

Más allá de los radares por tramo, el Servei Català de Trànsit ya está haciendo pruebas para implantar nuevos métodos. Uno de ellos es un radar instalado en un helicóptero y que está previsto que a finales de año ya pueda empezar a multar en los vehículos que excedan la velocidad, cuando creen que se acreditará la máxima fiabilidad del sistema. Por otra parte, también se ha ido probando con drones. En este sentido, todavía no hay un sistema con radar certificado por el Centro Español de Meteorología, que es la competente en la materia, pero ya se han ido haciendo gestiones y se han sancionado algunos conductores, no por exceso de velocidad, sino por maniobras incorrectas. La previsión es que este sistema pueda entrar en funcionamiento en el 2024.

Por último, también se está contemplando implantar un tercer sistema que ya está en vigor en Francia. Se trata de los denominados "carro-radares", un radar muy similares a los fijos, pero que tienen una especie de pequeño remolque que permite moverlos por diferentes puntos de la carretera. El objetivo es tener un elevado número de este tipo de cinemómetros en los próximos cinco años. A finales de este 2023 llegará el primero de los cuatro que ya se han comprado y se empezarán a hacer las pruebas correspondientes a fin de que empiece a multar a principios del próximo año. A diferencia de los radares móviles, algunos de los cuales son solo cajas vacías, todos los carro-radares disponen de cámara que multa el exceso de velocidad.

La inteligencia artificial, también en las carreteras

Más allá de mejorar el sistema de radares para reducir la siniestralidad a las carreteras, desde el Servei Català de Trànsit también quieren aprovechar los avances tecnológicos y la inteligencia artificial es una de las principales vías a explotar. En este sentido, según ha anunciado Lamiel, se está ultimando la aplicación de unas cámaras dotadas de inteligencia artificial y paneles informativos, que permitirán avisar los conductores de la irrupción de animales en la vía, hasta un kilómetro de distancia. Y es que en algunas comarcas casi el 50% de los siniestros les provocan la irrupción de animales en la vía.

Este método, que podría ir acompañado de radares, también permitirá avisar de la presencia de ciclistas o de peatones en la vía. Lo hará con un sistema de velocidad variable que avisará el conductor para que vaya más lento. De momento, para las pruebas, estos sistemas con inteligencia artificial se ubicarán en tres puntos de la N-2 y la N-260 en Girona. Además, también se está estudiando la semaforización en los accesos a tramos largos de autopista, poder hacer reversibles los carriles adicionales en función del tráfico o aplicar, en algunas franjas horarias de días determinados, un sistema para reservar algunas vías para uso preferente de ciclistas.