Con la llegada del verano, el aumento de la circulación de coches es elevado. Un crecimiento de vehículos en las carreteras que supone un peligro de accidente más alto, sobre todo en caso de ir excediendo la velocidad. Por eso, desde la Dirección General de Tráfico (DGT) extreman las precauciones y las medidas preventivas, instalando más radares móviles en puntos estratégicos para que no se sobrepase la velocidad y se tengan accidentes. Pero no siempre estos radares son de verdad. Una tercera parte de los radares móviles que se instalan en las carreteras son falsos y se trata de una caja naranja vacía sin el cinemómetro dentro.
A pesar de no ser reales, el efecto disuasivo que provocan en los conductores es el deseado, ya que por el simple hecho de ver la caja reducen la velocidad pensando que les pueden hacer la foto y multarles. Descubrir que son falsos, sin embargo, es extremadamente difícil de saber y no es hasta después de pasarlos cuando se puede saber si está vacío o no mirando por el retrovisor para comprobar si estaba el aparato o no. Sin embargo, existe un pequeño truco con el fin de descubrirlos antes de sobrepasarlos, aunque no se puede hacer en todas las clases de radares.
El truco del pórtico
En el caso de los radares que se instalan en los pórticos, estructuras metálicas sobre la carretera que muchas veces se utilizan para dar mensajes de seguridad o indicar la velocidad permitida, sí que es posible determinar si es falso antes de pasar por delante. Existe un truco para descubrirlo y consiste en fijarse si hay una escalerilla metálica en el pórtico donde se sitúa el radar. En caso afirmativo, las posibilidades que te pueda hacer una foto son elevadas. En caso de que no esté, todo parece indicar que se trata de uno falso. Sin embargo, siempre es mejor ir por debajo de la velocidad máxima permitida y no arriesgarse y poner en riesgo la vida en la carretera.