Los Mossos d'Esquadra han detenido en Serinyà, en el Pla de l'Estany (Girona), a un hombre de 54 años, de nacionalidad española y trabajador de una empresa de limpieza de Olot, que fue sorprendido tras un accidente ebrio en la carretera C-66 el pasado jueves, 12 de septiembre. No obstante, no fue arrestado por esta razón.

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Imagen de la furgoneta, localizada por los Mossos d'Esquadra, en Serinyà, cerca de la C-66 / CME

La historia comienza cuando, tras sufrir un accidente con otra furgoneta, los Mossos le realizaron una prueba de alcoholemia y dio positivo con una tasa final de 0,98 mg/l de alcohol en aire espirado. Los agentes lo denunciaron por conducir bajo los efectos del alcohol y, al ser una tasa que supera el límite penal, inmovilizaron el vehículo con un cepo y le dieron cita para un juicio rápido, donde, con toda seguridad, perdería el permiso de conducir. Pero el incidente no terminó aquí. Poco después, el hombre regresó al lugar del accidente, manipuló el cepo, lo consiguió quitar, lo lanzó al medio de la carretera y huyó con la furgoneta, que era propiedad de la empresa donde trabajaba. Unos testigos llamaron al 112 y los Mossos se desplazaron hasta el lugar de los hechos, encontrando la furgoneta aparcada en medio de un campo, donde la había abandonado e intentado quemar.

Detenido por atacar a los Mossos

Cuando los agentes llegaron, encontraron la furgoneta en llamas y localizaron al conductor. El hombre se abalanzó sobre ellos mientras los amenazaba. Los Mossos finalmente lo detuvieron por atentar contra los agentes de la autoridad. Al día siguiente, tras pasar la noche detenido, fue puesto a disposición judicial y quedó en libertad. Según ha podido saber ElCaso.com, el hombre, que trabajaba para esta empresa de la capital de la Garrotxa, no tenía antecedentes y se desconoce, por el momento, cuál era el objetivo que perseguía al intentar quemar la furgoneta.