Los empleados de un bar de la villa de Redondela, en Pontevedra, se quedaron estupefactos cuando, el lunes de la semana pasada, se encontraron un trozo de dedo en el suelo mientras limpiaban el local. Según explicó el propietario en la televisión pública de Galicia, en un primer momento pensaron que era una uva, hasta que no lo miraron detenidamente y se dieron cuenta de la macabra realidad. Se asustaron en un primer momento, pero la razón de por qué había un dedo entre las mesas se pudo aclarar poco después.

Resulta que aquel día por la mañana, un hombre sufrió un accidente laboral a consecuencia del cual se cortó el dedo. Con su mujer acudieron al centro de salud, pero desde allí los derivaron al Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, donde fue operado de urgencia. En algún punto entre medio, fueron a la cafetería en cuestión para tomar algo. Según parece, la mujer llevaba el trozo de dedo envuelto en una servilleta y guardado dentro del bolsillo de la chaqueta de donde acabó cayendo. La mujer, sin embargo, no se dio cuenta de que había perdido el dígito de su marido hasta días más tarde.

La Policía Nacional tuvo que abrir una investigación

Todo eso, sin embargo, no se sabía a simple vista. Por eso, los trabajadores del bar llamaron a la Policía Nacional para explicarles lo que habían encontrado, y estos abrieron una investigación para poder encontrar al propietario de este dedo, en concreto un pulgar, y averiguar qué había pasado y cómo había acabado en el suelo de aquel local.

Cotejando las huellas dactilares pudieron identificar a un hombre, vecino de la localidad, quien, de hecho, vive muy cerca de la cafetería, como la persona a quien pertenecía el dedo. Se pusieron en contacto con él para devolverle el trozo de pulgar y también para interrogarlo sobre los hechos. Después de haber explicado lo que había pasado realmente y de asegurarse de que el caso no tenía nada a ver con nada criminal, dieron la investigación por cerrada.