Las agresiones y las amenazas a los funcionarios de prisiones continúan día a día. Los presos —delincuentes a menudo muy peligrosos, internos por haber cometido delitos de sangre— dedican su día a día a hacer daño y generar miedo a aquellos trabajadores que, día a día, dedican su trabajo a cuidar del bienestar de asesinos, proxenetas, traficantes y otro tipo de individuos que viven en las prisiones catalanas. Los dos últimos episodios de ataques hacia funcionarios de prisiones, que hayan salido a la luz, han tenido lugar en el Centre Penitenciari de Lledoners, situado en Sant Joan de Vilatorrada, en Barcelona. Tal como apunta el sindicato CCOO, el primer incidente lo protagonizó un preso, el pasado 3 de diciembre, cuando un funcionario lo llevaba, desde su módulo, el cuatro, considerado para "vulnerables" hasta la enfermería de la prisión. En un momento dado, el individuo se encaró con el trabajador y le dio un puñetazo en la cara. Según el sindicato, la sanción que se aplicó contra el recluso fue ingresarlo durante unas horas en la unidad de aislamiento y, horas más tarde, cuando terminó el castigo, volvió a su celda como si nada hubiera pasado.
"Acabaréis como la cocinera"
Al día siguiente, el jueves 4 de diciembre, otro interno, sabiendo la impunidad de la normativa de la prisión, decidió atacar a dos trabajadoras. En este caso, el individuo, que tiene una enfermedad mental, insinuó a dos funcionarias que acabarían como Núria, la cocinera de la prisión de Mas d'Enric, en Tarragona, que fue apuñalada hasta la muerte por parte de otro preso. A raíz de las graves amenazas de muerte, y de su historial médico, el individuo fue derivado, durante unas horas, al área psiquiátrica de la prisión y después, volvió a su celda, también en el módulo cuatro.
El sindicato lleva tiempo alertando de la sensación de inseguridad que viven, cada día, los funcionarios de prisión. No solo eso, sino también la rabia al ver cómo, día a día, los delincuentes pueden hacer lo que quieren sin que haya un reglamento penitenciario que aplique una normativa firme. Además, los trabajadores se quejan de que en este módulo de la prisión de Lledoners, el cuarto, solo haya tres trabajadores pendientes de todos los delincuentes.