Prisión provisional comunicada y sin fianza para el hombre, de origen magrebí, que, presuntamente, mató su pareja embarazada en Manresa. La magistrada del juzgado de la ciudad así lo ha ordenado, después que los Mossos d'Esquadra lo detuvieran este lunes y fuera puesto a disposición judiciales el miércoles, donde se negó a declarar ante el juez. Los hechos se produjeron hace unos diez días, aunque el arresto es más reciente, realizado en la calle Gaudí de la capital del Bages.

La mujer estaba embarazada de cuatro meses y, al encontrar el cadáver, los policías descartaron que se tratara de un homicidio porque no había indicios de criminalidad. Pero los resultados forenses y la investigación apuntaron que no había estado así del todo y el procesado se convirtió en el principal sospechoso. Así, la causa, que no se ha declarado secreta, está abierta por un delito de homicidio consumado. El entorno de la chica, en declaraciones a los Mossos d'Esquadra, asegura que el detenido tenía una actitud muy violenta y que en algunas ocasiones había agredido a la víctima y había evitado que pudiera salir a la calle.

Así han descubierto el crimen de Manresa

Los hechos se remontan por la mañana del 6 de mayo cuando el detenido, ahora en la prisión, hizo llamar al 112 a un amigo suyo explicando que la chica había tenido un accidente y estaba muerta. Concretamente, dijo a la policía que la chica, que estaba embarazada, se cayó por tres escalerillas que hay entre la cocina y el comedor. Aunque tenía golpes en las zonas que aseguraron que se había golpeado al caer por las escaleras, también presentaba heridas en la zona del cuello, que podían ser compatibles con una muerte criminal por asfixia, pero en aquel momento el médico forense no lo trató como una evidencia clara y prefirió hacer más pruebas, hecho que evitó la detención, en aquel momento, de la pareja de la víctima.

Los Mossos d'Esquadra, sin embargo, vieron que alguna cosa no cuadrada. En la primera inspección en la zona donde se había caído la mujer se encontraron restos de sangre en un sitio que no cuadraba con la versión del hombre. Había sangre en el grifo de la cocina como también en uno de los interruptores del lavabo. Los Mossos vieron claro que alguien, sospechan que el mismo detenido, limpió los restos de sangre del presunto crimen. Movieron el cuerpo de la mujer, cree la policía, hasta el lugar donde fue encontrada por el Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM) con el fin de poder simular el accidente.

Si bien la llamada en el SEM se realiza casi a las nueve de la mañana, el informe forense también aclara que la muerte de la chica se produjo en torno a las 3 de la madrugada. Según parece, la chica volvió de una fiesta donde estaban participando la pareja y otros amigos y él, por haber descubierto unas conversaciones de WhatsApp entre la víctima y otro hombre, la atacó hasta matarla. Todas las declaraciones que los Mossos han podido conseguir de las personas que participaron en esta fiesta apuntan en la misma dirección.

El mismo detenido llamó a su madre y en árabe, es un hombre magrebí en situación irregular en el Estado español, alertó también que había hecho una cosa mucho grave. Con un amigo volvieron a la casa donde se había, presuntamente, cometido el crimen, y confirmaron que la chica estaba muerta y prepararon el terreno para llamar al 112. En la llamada al teléfono de emergencias se oye la voz del amigo del detenido, pero de fondo, y así consta en la investigación policial, se oye también la voz del arrestado que va diciendo, en voz baja, lo que tiene que decir al 112. Desde el 6 de mayo que los Mossos tuvieron la sospecha de que alguna cosa no cuadraba y cuando tuvieron la confirmación de los hechos con la autopsia, lo detuvieron. Este miércoles ha ingresado en prisión.