Cuando las leyes de nuestra casa lo permiten, si se atrapa a un delincuente peligroso y agresivo, se le envía a prisión para que enfrente las consecuencias de sus actos, pero ¿qué se hace cuando el delincuente agrede cuando ya está dentro del centro? Según los sindicatos, no se hace nada útil, simplemente se les añade catorce días de sanción, si procede, una medida que no tiene ningún impacto real y que hace que los presos lleguen a actuar como auténticos salvajes, sabiendo que sus acciones quedarán impunes o, incluso, se verán recompensados para evitar que vuelvan a hacerlo. Como ya es costumbre estos días, desde las prisiones ponen el grito en el cielo y piden ayuda, de nuevo, para hacer frente al crecimiento de violencia y agresiones que hay en los centros penitenciarios, a menudo, contra los funcionarios.

En esta ocasión, el Centre Penitenciari Ponent, en Lleida, denuncia una nueva agresión que cruza la línea y desde Comisiones Obreras exigen que se den las herramientas necesarias al personal de prisiones para hacer frente a estas situaciones. Este nuevo comunicado explica que un preso prendió fuego a su celda y, cuando los funcionarios fueron a apagarlo, los atacó con barras de hierro que había arrancado del marco de las ventanas y trozos de cristal de un espejo. El preso los agredió con violencia, dando patadas, puñetazos y mordiendo a los trabajadores que intentaban apagar el fuego, muchos de los cuales quedaron heridos, afortunadamente, no de forma grave. Los ataques del recluso llegaron a romper el escudo de protección de los funcionarios debido a la fuerza que utilizaba. No es la primera vez que este preso incendia la celda para conseguir que se le haga caso. De hecho, el hombre estaba antes en la prisión de Mas d’Enric, y fue esta conducta la que hizo que lo trasladaran a otro centro penitenciario, pero su comportamiento no ha cambiado.

Cambios legales

Los sindicatos alzan la voz para reclamar un cambio en la legislación que castigue a los prisioneros por este tipo de acciones, ya que los castigos que aplica la ley actual no tienen ningún efecto real y, por lo tanto, no disuaden al recluso. Encuentran absurdo que provocar un incendio en la calle pueda hacerte acabar en la prisión, pero, en cambio, si lo causas dentro del centro no tiene prácticamente ninguna consecuencia. También han añadido que si este hecho se hubiera producido tan solo diez minutos después, cuando ya habría empezado el turno nocturno con servicios mínimos, la situación hubiera sido mucho más complicada. Por todo ello, piden que la Generalitat les dé las herramientas necesarias para protegerse y para poder hacer bien su trabajo.