Nunca se tienen que dejar las cosas a medias, o así es lo que debió pensar un ladrón de 38 años que el pasado lunes fue detenido en la ciudad de Cervera, en la Segarra (Lleida), acusado de dos robos con fuerza. Pocos minutos antes de ser arrestado, el hombre entró a robar en un piso situado en la calle Guinedilda de esta misma localidad. El individuo accedió al domicilio forzando la puerta y se llevó del interior un ordenador portátil, una televisión y una guitarra, entre otros objetos.
Agentes de los Mossos d'Esquadra, al recibir el aviso de los hechos, hacia las cuatro de la tarde, se desplazaron hasta el domicilio y comprobaron que, efectivamente, alguien había entrado a robar. Una patrulla empezó a inspeccionar la zona y vieron a un hombre encapuchado en la calle Victòria que, al darse cuenta de la presencia policial, adoptó una actitud evasiva y aceleró el paso. Esta actitud llamó la atención de los agentes, que lo siguieron e interceptaron en la plaza Sant Miquel. Los policías comprobaron que llevaba una bolsa con un ordenador portátil del cual no pudo justificar la procedencia, así que lo arrestaron y lo trasladaron a comisaría. Ya en dependencias policiales pudieron confirmar que el ordenador era el que se había robado poco antes en el domicilio de la calle Guinedilda.
El hombre había entrado a robar en el mismo piso una semana antes
Los agentes de los Mossos, después de llevar a cabo varias gestiones, también pudieron determinar que el individuo era el mismo que justo una semana antes, el 11 de noviembre, también había entrado a robar en el mismo domicilio. En aquella ocasión, sin embargo, el propietario del piso lo había pillado in fraganti y se había visto obligado a huir a toda prisa. Después de dejar pasar unos días, había decidido volver para acabar el trabajo. Por este motivo, el detenido, con antecedentes policiales y de quien los Mossos no han facilitado la nacionalidad, quedó acusado de dos robos con fuerza y fue puesto a disposición del juzgado de instrucción en funciones de guardia de Cervera.